Llegas en calma, con una letra, una metáfora
tus labios cargados de silencio, conducen alma,
lugar sagrado, donde la anáfora
repite el sentimiento, donde se acuna la palabra

Bendita tu pluma que brota en manjares,
en las exquisiteces, que se guisan en el pecho
y que llenan los sentidos, de cantares,
dejando el intelecto satisfecho

Brevemente, rozas emociones a distancia,
así como se toca apenas, las alas del viento,
es como si mil rosas, desprendieran su fragancia,
dejando el corazón, sin un aliento

¿Qué saben las estrellas de la eternidad?
¿de besar luz, que en palabras derriten la boca?
¿qué sabe de la buscada felicidad, la humanidad
si el verso, a su corazón nada provoca?

¡Ay! poeta, que escribes la luz del día,
entre los brotes incesantes de un andar continuo,
sin un sonido, pero colmando los oídos
Quiero decirte, que, en cada verso, Dios está contigo.

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