“Los destripadores”

20 octubre, 202511:35 pmAutor: Nubia Marlen ValadezCultura

Tras haber transcurrido más de un siglo de los brutales crímenes cometidos por uno de los asesinos en serie más reconocidos de la historia, su identidad es todavía un misterio. Su perfil es aún investigado y el nombre causa terror.

Conocido como “Jack de Ripper” o “Jack el Destripador”, al personaje se le atribuyen por lo menos cinco asesinatos cometidos en Londres, Inglaterra, en el barrio de Whitechapel.

A mediados del siglo XIX, algunas demarcaciones británicas, como la East End de Londres, tenían fama por sus altos índices de pobreza, alcoholismo y prostitución. El barrio Whitechapel en especial, era uno de los más peligrosos del área, con altos índices de hechos violentos.

En 1888, todos se vuelcan sobre Whitechapel, la policía identifica once homicidios y por lo menos cinco crímenes son atribuidos a “Jack el Destripador”, por lo atroz de los hechos y el sangriento modus operandi. El asesino solitario atacaba por las noches, en especial los fines de semana. Utilizó su fuerza, rabia y un cuchillo. Entre sus víctimas mortales, se encuentran Mary Ann Nichols, Annie Chapman, Elizabeth Stride, Catherine Eddowes y Mary Jane Kelly. Todas poseían algo en común, son prostitutas del barrio.

La crueldad no tiene precedentes y cada asesinato fue cada vez más espantoso. No conforme con haber dado muerte a sus víctimas, se ensañaba de manera particular con el cuerpo. Durante 60 días dio muerte a las mujeres, mientras tanto, la policía no logró dar con su paradero. Por si fuera poco, el escurridizo asesino se burlaba de la incompetencia de los uniformados de Londres, a quienes envió por lo menos, tres cartas. Se mofó de los intentos por atraparlo y amenazaba seguir con la matanza. Envió una misiva “desde el infierno”, con partes de un riñón.

El modus operandi del asesino consistía en buscar prostitutas, a las cuales llevaba con engaños, para luego dar el golpe mortal. Les cortaba la garganta con un cuchillo. Luego, les abría el abdomen y sacaba algunos órganos, como los intestinos, riñones, útero o el corazón. Cometía mutilaciones en el área genital y desfiguraba los rostros. Los cuerpos fueron encontrados con los intestinos a un lado del pecho, de los pies o los hombros, incluso, dentro del útero. El corazón, fuera del cuerpo. A tales asesinatos se les denominó “los cinco canónicos”, para distinguirlos del resto, ocurridos en Whitechapel.

Las escenas encontradas daban cuenta de la perturbada personalidad del asesino. TendrĂ­a que ser un hombre joven, fuerte, con conocimientos de anatomĂ­a o carnicero. Algunos testigos decĂ­an que era extranjero, de piel morena. Otros aseguraban que era rubio o aristĂłcrata. DespuĂ©s de investigar al menos a 300 sospechosos, la policĂ­a nunca pudo dar con su paradero. Existe la teorĂ­a del suicidio, despuĂ©s de cometer los cinco asesinatos. Sin embargo, hasta 1891, siguieron los ataques contra mujeres, las cuales aparecĂ­an decapitadas o mutiladas de manera similar.  Lo que generĂł la sospecha de que “Jack el Destripador” seguĂ­a al acecho.

Si de asesinos perturbados hablamos, podemos mencionar a Francisco Guerrero Pérez, el famoso chalequero o el “El Destripador Mexicano” y Peter William Sutcliffe, “El Destripador de Yorkshire”, de los que hablaremos después.

“Desde el infierno. Mr. Lusk. Señor, le envío la mitad del riñón que me llevé de una mujer. Lo preservé para usted. El otro trozo lo freí y me lo comí, muy bien. Puede que le envíe el cuchillo ensangrentado que lo sacó, si espera un poco más. Atrápeme si puede”. Jack el Destripador.

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