
El destripador mexicano
11 noviembre, 20259:14 pmAutor: Nubia Marlen ValadezCultura
Francisco Guerrero Pérez es el primer asesino en serie reconocido de la historia en México, identificado como “El Chalequeroâ€, por sus aficiones a coleccionar y portar chalecos de charro. También se le conoce como “El Destripador Mexicanoâ€, debido a la similitud de sus asesinatos con los del famoso “Jack El Destripador†en Inglaterra, crÃmenes que incluso, fueron cometidos por la misma época.
El personaje nació en 1840, fue el onceavo hijo de una familia pobre del bajÃo. Durante la infancia sufrió de abusos por parte de su madre y la ausencia del padre. A los 22 años, viaja a la Ciudad de México y comienza a trabajar de zapatero. Se casó y tuvo 4 hijos dentro del matrimonio. Se dice que tuvo muchas amantes, quienes incluso lo mantenÃan. Algunas versiones indican que pudo ser proxeneta.
Francisco Guerrero Pérez tenÃa fama de ser guapo, vestÃa elegante y era misógino. Nunca ocultó su odio por las mujeres, a quienes solo utilizaba por mero placer y como objetos desechables. Se creÃa superior y con poder absoluto sobre las vÃctimas. Sus crÃmenes fueron cometidos de 1880 a 1888. El principal motivo fue el odio y el placer de matar.
El modus operandi es una especie de extraña coincidencia con el de “Jack El destripadorâ€, para buscar y asesinar prostitutas. Se estima que mató de forma cruel y despiadada a 20 mujeres.
Buscaba meretrices con el objetivo de torturarlas, golpearlas, violarlas y darles muerte. Primero las derriba, las sujeta con la mano izquierda y las inmoviliza con el peso del cuerpo. Les ponÃa un pañuelo en la boca, para que no pudieran gritar. Ya sin la forma de liberarse o pedir auxilio, las degollaba. En algunas ocasiones, las decapitó con el mismo cuchillo que utilizaba para curtir la piel en su oficio de zapatero. En varios crÃmenes, cometió mutilaciones genitales, con lo que dejó ver el odio extremo hacia el sexo femenino. Luego arrojaba a las mujeres al rio Consulado, sin sentir el más mÃnimo ápice de remordimiento.
“El Chalequero†se jactó de los homicidios y el repudio hacia las mujeres, en particular, las prostitutas. La gente del barrio de Peralvillo nunca se atrevió a denunciarlo, por temor. Pero en 1888 que fue exhibido por vecinos de una de las vÃctimas, quienes la habÃan visto junto a su verdugo por última vez. El cuerpo de Murcia Gallardo fue encontrado a las orillas del rio Consulado, con brutales signos de tortura y violación. Gracias a los medios informativos, Francisco Guerrero contaba con una notoria fama.
Fue detenido y sentenciado por el crimen de Gallardo y el de Emilia, una lavandera, quien lo acusó de violarla e intento de homicidio. Fue sentenciado a pena de muerte en la cárcel de San Juan de Ulúa. No obstante, durante el gobierno de Porfirio DÃaz, la condena fue reducida a 20 años y debido a un error, en 1904, salió libre por indulto presidencial.
Cuatro años mas tarde, en 1908, “El Chalequeroâ€, sediento de sangre, volvió a matar. Ahora fue una anciana de 80 años, llamada Antonia, a quien violó y decapitó, para luego, como si nada, salir en busca de trabajo. El delito se ventilo a los cuatro vientos. Por el salvajismo, fue atribuido a “El Chalequeroâ€.
La noticia también fue difundida por un medio local y pronto cobró relevancia. Por segunda vez, Francisco Guerrero Pérez fue arrestado con las manos ensangrentadas y enviado a las mazmorras de Lecumberri. Lo condenan a la pena capital por fusilamiento, pero muere en 1910, antes de recibir la sentencia. Se dice que a causa de tuberculosis, ocasionada por las pésimas condiciones que tenÃan los presos en el Palacio Negro de Lecumberri. Sus restos fueron tirados al olvido en una fosa común.







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