Según los japoneses, todo el mundo tiene un ikigai, un motivo para existir. Algunos lo han encontrado y son conscientes de su ikigai, otros lo llevan dentro, pero todavía lo buscan. Es uno de los secretos para una vida larga, joven y feliz, como la que llevan los habitantes de Okinawa, la isla con los pobladores más longevos del mundo.

Las 10 leyes del ikigai. 1. Mantente siempre activo, nunca te retires. Quien abandona las tareas que ama y sabe hacer, pierde el sentido de la vida. Por eso, incluso, después de haber terminado la vida laboral, es importante seguir vigente, avanzar, aportar belleza o utilidad a los demás, ayudar y dar forma a nuestro pequeño mundo. 2. Tómatelo con calma. Las prisas son inversas, proporcionales a la calidad de vida. Como dice un viejo proverbio: «caminando despacio se llega lejos». Cuando dejamos atrás las urgencias, el tiempo y la vida adquieren un nuevo significado.

3. No comas hasta llenarte. También en la alimentación, para una vida larga, «menos es más». Según la ley del 80%, para preservar la salud mucho tiempo, en lugar de atiborrarse, hay que comer un poco menos del hambre que tenemos. 4. Rodéate de buenos amigos. Son el mejor elixir para disolver las preocupaciones con una amena charla, contar y escuchar anécdotas que aligeren la existencia, pedir consejo, divertirnos juntos, compartir, soñar. En suma, vivir.

5. Ponte en forma para tu próximo cumpleaños. El agua se mueve, fluye fresca y no se estanca. Y del mismo modo, tu vehículo para la vida necesita un poco de mantenimiento diario, para que pueda durar bastantes años. Además, el ejercicio segrega las hormonas de la felicidad. 6. Sonríe. Una actitud afable hace amigos y relaja a la propia persona. Es correcto darse cuenta de lo que no funciona, pero no hay que olvidar el privilegio de estar aquí y ahora en un mundo lleno de posibilidades.

7. Reconecta con la naturaleza. Aunque la mayoría de seres humanos vivan en ciudades, estamos hechos para fundirnos con el campo. Necesitamos regularmente visitarlo para cargar las pilas del alma. 8. Da las gracias. A tus antepasados, a la naturaleza que te provee aire y alimento, a tus compañeros de vida, a todo lo que ilumina tu existencia y te hace sentir dichoso de estar vivo. Dedica un momento a dar las gracias y aumentarás el caudal de felicidad. 9. Vive el momento. Deja de lamentarte por el pasado y de temer el futuro. Todo lo que tienes es el día de hoy. Dale el mejor uso posible para que merezca ser recordado.

10. Sigue tu ikigai. Dentro de ti hay una pasión, un talento único que da sentido a tus días y empuja a dar lo mejor hasta el final. En caso de no encontrarlo aún, como decía Viktor Frankl, la próxima misión será hacerlo. Hoy deseo decirte que te quiero mucho, te admiro por tu alegría, tu manera fantástica de llevar la vida, recuerda eres un ser valiente, amoroso y comprometido. Considero que de vez en cuando, es saludable oir o leer que eres una persona fantástica, que marcas la diferencia en lo que haces, eres importante para los que amas. Eres alguien muy querido por muchos y estoy feliz de coincidir en la vida contigo.

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