Sin argumentos, acusan de ebrio a Raúl Paulín y luego lo linchan en redes sociales, tránsitos de Soledad
15 octubre, 20208:08 pmAutor: Elida Mendoza VillanuevaCapital Noticias
El pasado 4 de septiembre, elementos del retén anti-alcohol, de seguridad pública municipal de Soledad, detuvieron en la comandancia de la colonia Genovevo Rivas Guillén, al ex diputado local y ex aspirante a la alcaldía, Raúl Paulín Rojas, porque se negó soplar a la nariz de un agente para checar si había ingerido bebidas embriagantes. No hicieron caso a su negativa. Al sitio donde estaba, llegó una supuesta médica, que se negó a proporcionar su nombre, certificó ebriedad y ordenó al policía que hizo la multa, grabarlo.
Paulín se negó a exhalar, porque consideró un insulto, que un uniformado, por su cuenta u órdenes superiores, exija tales prácticas cuando se vive una pandemia de coronavirus. Cuando le exigió bajar del vehículo, lo tomó de la muñeca e hizo palanca con el codo para someterlo. Intentó zafarse al sentirse lastimado, pero el tránsito lo tomó del dedo pulgar de la mano derecha y se lo torció. Lo trasladó en la patrulla a las mazmorras, donde midieron su nivel de alcohol. Sin dar un informe, determinaron que acusaba ebriedad.
Cuando concluyó el trámite, le entregaron la boleta de la multa, que podía cubrir al día siguiente. El monto casi llegaba a los 10 mil pesos. Más mil 360 pesos del servicio particular de la grúa. El video fue subido a las redes sociales, con lo que fue expuesto al linchamiento social. El ex legislador regresaba de llevar material a una finca que construye por el rumbo de Jassos. “Accedí a la avenida San Pedro, ya que hay un camino donde compro los insumos, que había liquidado. Casi al llegar al anillo periférico, en el camino a Cerro de San Pedro, estaba el retén”.
“Detienen a motociclistas, ciclistas, automóviles. Alcancé a ver como a tres jóvenes, me dicen que debo orillarme. Accedo de inmediato, por obediencia a la autoridad. Me preguntan si he ingerido una bebida alcohólica. Les digo que no. Un agente, que no se identificó, me dice que le sople. En tiempos de pandemia, es un insulto. Es irresponsable lo exijan, ya que el covid se expande, es una enfermedad contagiosa, de alto peligro”.
“Es irresponsable que el alcalde Gilberto Hernández Villafuerte mande a certificar a conductores sin el alcolímetro. No deben existir retenes por el alto riesgo de contaminarse. Hay otros métodos para detectar a los que andan en estado etílico. Me detienen porque les reclamé, no traían aparatos para medir el nivel de alcohol en la sangre. Y por no soplarles. Las autoridades actúan con errores, no tienen médicos capacitados. Al descender de la unidad, me amenazan, dicen que van a golpearme, que soy vigilado. No quiero imaginar que es por cuestiones políticas. Supongo de manera inocente, que se le soltó la lengua, pero me amenazó e insultó. Me llevan a los separos, dejan mi camioneta sin cerrar. No tienen un doctor que certifique en los retenes. Faltan representantes de derechos humanos, carecen de protocolos de seguridad. No existe la sana distancia. Hacinan a los detenidos. Van juntos policías y detenidos en espacios reducidos y cerrados. Todos se exponen”.
“La supuesta doctora que me revisó, nunca quiso dar su nombre, jamás mostró su gafete, se lo volteó. Desconozco las razones. Me certifica estado de ebriedad, pero el aparato nunca marcó los grados de alcohol. Debe existir un boleto, que lo muestren. No debieron exhibirme en redes sociales cuando es un asunto administrativo. Me exponen al escarnio público, cuando a los delincuentes de alta alcurnia y vulgares, les tapan los ojos, como exige la ley. He recibido un sinfín de llamadas donde me recalcan estar ebrio. Es un daño moral”.
“Exijo se castigue a los que me detuvieron, con la ayuda de la policía cibernética. Pero saben quién tomó el video. Lo conozco, es el mismo que levantó la boleta de la multa. Lo hizo cuando se lo pidió la supuesta doctora. Eran los únicos presentes. Saben por qué lo hicieron, si alguien lo ordenó filtrarlo a los medios informativos electrónicos, redes sociales, whatsap y fecebook. Es una violación flagrante a mi privacidad, derecho a la secrecía, a la norma administrativa, al bando de policía y buen gobierno. Si trasgredí el límite municipal, debieron haberme canalizado al ministerio público del estado, por el delito de manejar en estado de ebriedad. Me dejó ir el que me infraccionó. Me extrañé, pero no me iba a pelear para que me dejaran más tiempo”.
“Salí como cualquier individuo que no había cometido nada. El director de tránsito es responsable de todo lo que sucede en asuntos de vialidad. Promoveré una demanda para el deslinde de responsabilidades, por violentar mis derechos a la secrecía, como marca la ley de faltas administrativas, violentar los derechos humanos y todo lo que resulte. Lo que hacen no es con tintes políticos, es recaudatorio. No siguen los procedimientos legales, como enviar al detenido al ministerio público. Si lo hacen, me hago acreedor a la pena corporal. Enviarme al reclusorio. No pago multa. Me someten a un procedimiento jurídico con prisión preventiva o libertad bajo fianza. La multa correspondiente se convierte en delito. Si hubiera andado ebrio, es evasión. Si el ministerio me deja libre, es sujeto a un procedimiento, a una carpeta”.



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