Mil maneras de morir. La larga agonía del tricolor

11 noviembre, 20259:29 pmAutor: Felipe de Jesús Cervantes PérezCapital Municipios Noticias Opinion

Recuerdo haber visto en varias ocasiones, el programa “Mil maneras de morir†en el que se presentaban situaciones imprevistas e inesperadas que llevaban a personas a la muerte. A los cercanos a mis afectos, suelo desearles una vida larga, saludable y feliz. Pero también les deseo una noble muerte, que es la circunstancia final de la vida. En el trance, importa la paz y tranquilo de nuestra conciencia. Porque hay muertes que pueden significar un alivio a quienes sufrieron al difunto en vida.

En la política partidista pasa igual. Sufrimos al partidazo. Al invencible. Al grado que cualquier discusión banal se podía zanjar, cuando uno de los participantes decía “gánale al PRIâ€. Equivale a sostener que estaba por demás, alegar, pues el contendiente siempre quería salirse con la suya. Con las reglas electorales de su tiempo, el tricolor organizó, operó y calificó las elecciones. Para sorpresa de nadie, ganaba, de todas, todas.

Los medios para impugnar estaban bajo el completo control del estado. Ni a quien recurrir. Si el descontento popular se llegaba a desbordar, echaba mano de las represiones brutales. Cuando las quejas sociales están a punto del estallido, se promueven reformas electorales como medio de contención.

En 1963 aparecen las curules plurinominales, para las minorías que jamás ganaban una, lograran una bancada, siempre y cuando alcanzaran el 2.5% del voto popular. Aun así, el agandalle del priismo campeaba por sus fueros. Para 1976 se bajó el porcentaje al 1.5%, con tal que los opositores agarraran una pequeña rebanada del pastel. Eran 238 diputados y, para que todos alcanzaran, se incrementaron las curules a 400. Fue el estado no cedía posiciones y hasta las aumentó.

Ahora son 500, 300 de voto directo y 200 plurinominales. Total, el pueblo paga. El PRI, muy corrupto, pero nacionalista y heredero de la revolución, fue inoculado por el virus del neoliberalismo, con lo que perdió frente al PAN, la batalla cultural, ya que el partido conservador, había nacido para proteger los fueros del poder económico y de la iglesia. Con el presidente Miguel de la Madrid, se sometieron y entregaron a las directrices de los poderosos del planeta, como Reagan y Tatcher, los operarios. Trump es su continuador. El virus desencadenó la enfermedad en los tricolores, que hoy los tiene con un pie en la tumba.

La primera crisis provocó la fractura interna en el 88. La Corriente Democrática había buscado recetar los anticuerpos al entonces partidazo contra la poderosa enfermedad neoliberal, pero fracasó. Con la salida de figuras prominentes como Cuauhtémoc Cárdenas, Porfirio Muñoz Ledo, Ifigenia Martínez y Rodolfo González Guevara, las defensas, al no poder ayudar al PRI de la enfermedad neoliberal, crearon otro organismo para suplantarlo.

El Frente Democrático Nacional se fortaleció con la figura del ingeniero Heberto Castillo y su Partido Mexicano Socialista, que cedió su registro para conformar el PRD y la hija del científico, Laura Itzel Castillo, es hoy la presidenta del senado, al sustituir al polémico Gerardo Fernández Noroña.

Al hablar de muertes partidistas, el PRD cayó en manos de los Chuchos en 2008 y precipitó su decadencia. Jesús Ortega en el 2008 y Jesús Zambrano lo enterró en el 2024, infectado por completo del virus neoliberal. A partir del 2008, bastaron 10 años para que la enfermedad neoliberal matara al PRD. Los anticuerpos generados por el Frente Patriótico Nacional y su conversión en PRD, no pudieron acabar con el PRI, partido que pierde la batalla por la vida poco a poco.

Con el tabasqueño Andrés Manuel López Obrador evolucionó la vacuna anti neoliberal, al emerger Morena como nuevo organismo. Desde 1982 a la fecha, la friolera de 43 años, el PRI sigue devorado por la enfermedad a la que se abraza y que lo tiene a las puertas del panteón. Cuando un organismo fenece, pueden aparecer señales en su cuerpo como llagas purulentas, tumoraciones, hinchazón y más. Alejandro Moreno, “Alitoâ€, Moreira y sus secuaces son esas señales.

Alito llamó a una concentración en su defensa y solamente evidenció sus limitaciones. Dos días después, la alcaldesa de la Cuauhtémoc llama a su propia manifestación haciéndose acompañar de Xóchitl Gálvez y Margarita Zavala, siendo más numerosa la manifestación panista. Los más optimistas dicen que Alito reunió 1,800; sus malquerientes aseguran que no juntó ni mil. La panista, según los más optimistas, aglutinó a 15 mil; sus malquerientes le conceden dos mil.

Del lado que se quiera ver, Alito ya no sirve ni al PAN. Como enfermo terminal que en su desesperación se arranca tubos y jeringas, así Alito. En sus estertores finales solamente ejerce el derecho del ahorcado. El pataleo. Lo está matando la enfermedad neoliberal. Entre las mil formas de morir, la del PRI ha sido larga, larga, larga.

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el programa “Mil maneras de morir†en el que se presentaban situaciones imprevistas e inesperadas que llevaban a personas a la muerte. A los cercanos a mis afectos importa la paz y tranquilo de nuestra conciencia. Porque hay muertes que pueden significar un alivio a quienes sufrieron al difunto en vida. La Noticia política que es la circunstancia final de la vida. En el trance Recuerdo haber visto en varias ocasiones revista La Noticia saludable y feliz. Pero también les deseo una noble muerte slp suelo desearles una vida larga

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