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Israel Luna, el potosino del balón de oro y futura promesa del balompié mexicano

Es un joven potosino de apenas 17 años y ya es una futura promesa del fútbol mexicano. Oriundo de la zona oriente de la capital, Israel Luna López tiene sobresalientes cualidades con la pelota. Es un referente en las líneas inferiores del club Pachuca y en la selección mexicana sub 17, donde hace menos de un mes conquistó el torneo Concacaf, al clasificar al mundial de Brasil, que se efectuará en septiembre del año en curso. Fue considerado el jugador más valioso, galardonado con el balón de oro. Lo sumaron al once ideal. Pese a su corta edad, exhibe un gran historial lleno hazañas deportivas. Junto a su talento y humildad que lo caracterizan, busca sembrar más triunfos en su carrera, que le permitan consolidarse como profesional.

Israel Luna López conoció el gusto por el fútbol por sí sólo. Dio los primeros pasos en el Instituto Apostólica donde soltó destellos de calidad. Muy pronto fue notado por visores locales que lo llamaron a formar parte de las selecciones representativas de San Luis Potosí. Entonces comenzó a escribir un abultado currículo en justas nacionales. Luego estuvo en el equipo de San Luis en la liga del Instituto Potosino del Deporte. En las diversas competencias, los logros colectivos e individuales se desgranaron. Luna jugó en 3 ocasiones la Copa Vallarta donde consiguió dos veces el campeonato. En lo individual, ganó el título de goleo. En la Copa Chivas logró el campeonato. En la Copa Danone llegaron a semifinales donde perdieron ante las fuerzas básicas de Pumas. En el campeonato regional también se consagraron. Dados los resultados positivos, varios entrenadores de otras escuadras se fijaron en la chispa del potosino y lo invitaran a formar parte de sus líneas.

“Después de los regionales, me llamaron los técnicos Serafín Salgado y Juan Antonio Salazar, ´Pinga´, quien dirige la escuela de fútbol del Pachuca en San Luis. Entrenaba en el parque Tangamanga. Después de dos años, me llevó a cinco visorias del club”. A los 12 años, probó suerte para formar parte de las fuerzas básicas. Fue complicado encontrar un puesto en una de las mejores canteras de México.

Con la cabeza en alto, sabedor de su talento y con más ganas de triunfar, Luna volvió a San Luis donde se capacitó. Esperó buscar la revancha y una oportunidad que el fútbol le había negado. “Me regreso otros 3 años a prepararme en lo físico y mental. A los 15, otra vez ´Pinga´ me dice que estoy listo para otras pruebas. Fui dos semanas a Pachuca y ahora sí, gracias a Dios, me quedé. Desde entonces comprobé lo que dicen: tienen las mejores canteras del país. Lo difícil es mantenerse en el equipo, pero estoy preparado para quedarme y tener mi lugar”.

“Desde chico siempre estuve en el mundo del fútbol. Jamás me conformé con lo que tenía. Busqué alguna oportunidad más arriba, no me importó dejar la zona de confort”. A dos años de su llegada al equipo, se consolidó como un elemento fundamental. Logró varios títulos y formar parte del seleccionado en su categoría en distintos torneos internacionales. “Entré para la sub 15. En la primera competencia, estaban en la jornada 7 u 8. Me dieron pocos minutos, pero metí dos goles. Logramos el campeonato. Traté de ganarme un lugar, siempre jugué de enganche. En la siguiente temporada, tuve más opciones. Me hice de un puesto al anotar 8 goles. Pero nos eliminaron en las semifinales”.

Luna anheló ser titular en su escuadra. Su magia le ayudó en la primera llamada que tuvo en la oncena tricolor. Viajan a Costa Rica donde enfrentan a los locales. Les anota dos goles. Uno a Estados Unidos. En su equipo, tras coronarse campeones en el primer torneo, reciben la opción de jugar el torneo internacional de clubes. Acuden enviados de México, Estados Unidos y Canadá. “Se dieron los resultados y ganamos. Jugaron del país, Chivas, Atlas, América y Pachuca. Por Estados Unidos, acudió el Dallas. Y de Toronto, El Galaxy. Tenía la competencia deportiva con un compañero. Me dejaron jugar pocos minutos, lo que me ayudó a mejorar y trabajar más duro”.

Al coronarse con Pachuca, fue llamado otra vez al seleccionado para jugar la competencia de 4 naciones. Inició la ardua lucha por ser titular. Era el escenario ideal para lograrlo. Oportunidad que no capitalizó. Acudió Chile, Estados Unidos y Argentina. “Fueron 4 encuentros. El que ganara todos era campeón. Contra Chile, no anoté. Los vencimos uno cero. Al medirnos con Estados Unidos, los superamos 2-1, metí un gol. En la final enfrentamos a Argentina. Los doblamos dos a cero, ayudé con un gol. Nos consagramos. Obtuve el primer trofeo individual como seleccionado, el de campeón goleador. Me dieron una bota de oro”. Luna jugó con ímpetu en su club y la selección en los encuentros de preparación en Chile, donde se miden contra Paraguay, Colombia y el país sede. Ya consolidado, recibe la noticia del Pachuca, que quiere renovar su carta y ascenderlo a la categoría sub 17, cuando no los tiene. Pero entra a la mitad de la justa, que ya se había iniciado, lo que no le impidió meter varios goles en su corto despliegue.

El seleccionado lo llamó para medirse en el torneo de la Concacaf, que brinda el pase para asistir al mundial de la sub 17. “Nos concentramos dos meses antes del torneo, tuvimos varios partidos previos. Viajamos a Florida, donde comienza la historia. El primer partido fue contra Jamaica, ganamos uno cero. Después vino Islas Bermuda, metí un gol. Luego enfrentamos al Salvador, anoté otro gol. El partido nos dio el pase a octavos, donde hay eliminación directa. Nos tocó Puerto Rico, salimos adelante, quedamos dos a uno. Yo los hice. En los cuartos enfrentamos a Trinidad y Tobago, metí un gol. En la semifinal vino Haití. Ganamos uno cero y pasamos a la final, con Estados Unidos. Se alargó el partido por los tiempos extras, tras un marcador de 1-1. En los últimos minutos, meto el gol del gane y quedamos campeones. No fue nada fácil la competencia. Hice lo que me gusta y disfruté al máximo el encuentro”.

 

Tras coronarse, Luna López recibió el segundo galardón individual, el balón de oro. Lo dan al jugador más valioso. Junto a su compañero guardameta, Eduardo García, fueron considerados en el once ideal. “Me sentí muy satisfecho de saber que fueron los frutos del esfuerzo, desde que llegué a Pachuca y conseguí las primeras convocatorias al seleccionado. Ayudé a poner en alto al país, al que le dimos doble título Hugo luna 1_nen lo colectivo e individual”. Al clasificarse al mundial sub 17 de Brasil, Luna dice estar más optimista. Ya se alista para el nuevo reto. Busca llegar completo en lo físico y mental, ya que tendrá al frente a rivales de gran calidad. Estima que sería un grave error confiarse. Conoce el desempeño de los mexicanos en anteriores duelos donde consiguieron el campeonato del mundo. En lugar de sentirse presionados, están motivados para los mejores resultados. “Cada oncena escribe su historia, con su propio estilo de juego”.

Luna no descarta que el siguiente torneo sea la oportunidad para consolidar su carrera como futbolista profesional. Por ser un gran escaparate, los ojos de muchos países y de los equipos mexicanos se concentran en lo que se realiza en la competencia. Buscan talentos para sus filas. La meta colectiva es repetir otras hazañas. En lo personal, meter más goles. Y si se puede, ser la figura de la lid. Está agradecido por las oportunidades. Espera tras el mundial, consolidarse en el Pachuca. Por sus dotes extraordinarios, Luna se ha entrevistado con representantes de otros clubes que buscan ficharlo. Se siente halagado, sabe que pisa el camino correcto. No le interesa ahora, conseguir un jugoso contrato. Sólo busca no distraerse de los objetivos primordiales.

“Algunos enviados de otros clubes me dicen que quieren platicar con mis papás sobre mi futuro. Me ha habló el asesor de Carlos Salcedo. El hijo de Javier Aguirre. En algún momento, por terceras personas, me comentaron del interés que tiene el cabildero de Irving Lozano. Fueron rumores. Otro que me buscó fue el patrocinador de Edson Álvarez. Me habló después de un partido. Dijo que le gustaría charlar conmigo y mis papás, para exponerme cómo trabaja su agencia. Otros que me han contactado representan a mis compañeros de club y de la selección. No descarto tener un promotor para aceptar una oferta. Pero no es el momento. Todo viene a su tiempo. Quiero seguir con un bajo perfil para concentrarme en mis proyectos. Lo conveniente sería después del mundial. Es cuando empiezan los acomodos con los directivos. Es lo correcto”.

Luna busca consolidar su carrera con el Pachuca, que le brindó la oportunidad de mostrar sus habilidades. También lo ayudó en lo académico, al saber que en el fútbol nada es seguro. Cursa el grado de preparatoria. No descarta una carrera. Explicó que las oportunidades para los jóvenes mexicanos se han acrecentado. Hay gran calidad en los deportistas mexicanos, por lo que no es necesario traer extranjeros. “Falta mirar a los locales. Los chavos tenemos ganas de salir adelante. No nos achicamos. Les competimos a todos con las mismas posibilidades. Es cuestión de actitud y de las ganas de salir adelante. Hay que trabajar todos los días, al tope. No regalar nada en el entrenamiento, de inicio a fin. No engañarse a que luego lo hago. Se gana el puesto cada momento”.

El talentoso novato señala que el esfuerzo se verá reflejado en el próximo mundial, donde se jugarán los partidos al máximo. Enfatiza que los mexicanos están hechos para grandes metas. Agradece las enseñanzas de su entrenador “Pinga”, que lo impulsó a buscar lo más alto. Su familia nunca lo abandonó en la cruzada por concretar sus sueños. Lo han acompañado en sus victorias y descalabros. Todos sus triunfos y futuras glorias, se los dedica con el corazón. “Lo que he vivido se lo debo a mis padres y hermanos. Me han inspirado desde pequeño, al ser mis psicólogos y enfermeros. Siempre les estaré agradecido”.

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¿Y?

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Autores: Oralia Guzmán, Elida Mendoza y Juan Pablo Moreno

PRELUDIO

El ¿Y? es una pregunta a otra pregunta. La petulante negativa a informar a los subordinados. Ano rendir cuentas. Es ya el axioma de un modelo autoritario de gobierno, enemigo de la crítica. Es un aviso que asfixia, para no indagar, cómo se abordan y resuelven los asuntos de la comunidad. Es la semántica abreviada que inhibe, cercena el diálogo, el derecho a preguntar y saber. Es un comportamiento arbitrario que entierra al otro. Lo pulveriza y desaparece. Es un asomo al fascismo.

El ¿Y? fue la actitud retadora que asumió Marcelo de los Santos, cuando le dijeron que la policía golpeaba a opositores a la minera San Xavier, en el contexto del primer informe de actividades. El ¿Y? vino cuando revolvió la figura política con cuestiones religiosas, al acudir a un aniversario de la diócesis potosina. El ¿Y? fue la intestinal reacción al reclamo de los costosos e inútiles viajes a Europa, acompañado de un obeso séquito. El ¿Y? fue el descaro asumido, al ser descubierto, de pagar con la nómina estatal, a domésticos particulares.

Casi a la mitad del camino, Jesús Marcelo de los Santos ha delineado, nítido, los perfiles de su mandato: el derroche a ultranza y la prepotencia. Ni siquiera ha presumido que arribó al poder con la aureola de opositor, ya que es beneficiario de oscuras maniobras, instrumentadas por los grupos hegemónicos. Y en la práctica cotidiana, encarna los peores vicios, que se creyeron extintos.

Editado por la serie, Libros de La Noticia, en la tercera obra, se analiza el dispendio irracional, de un personaje índole en el manejo de las finanzas, en una entidad sumida en la pobreza. Marcelo de los Santos, desfasado, sin freno alguno, dilapida el patrimonio colectivo, como si fuera jeque petrolero, mandante europeo, importado para el altiplano guachichil.

Por su lacerante actualidad, se retoma el fraude carretero y el caso de los fallidos invernaderos de Santa Rita, donde se confirman los nexos políticos y económicos, que guarda Marcelo de los Santos con su predecesor Fernando Silva Nieto, al que efectivo, lo hizo impune, ajeno a los incesantes reclamos de justicia.

Y aunque el soberbio ejecutivo se presume autónomo, en al penumbra y en la luz, se constata su dependencia umbilical con el jefe político de San Luis, Horacio Sánchez Unzueta, que lo vigila y acota con cientos de espías, disfrazados de colaboradores en el gabinete, donde son mayoría.

No obstante que los números son la especialidad de Marcelo de los Santos, ha resultado un pésimo administrador, que trastoca las cuentas y se muestra insensible a las prudentes voces que lo conminan a no incrementar los débitos y apegarse a la ley de transparencia. También se ofrece el retrato de un mandatario de extrema derecha, inmune a los cuestionamientos colectivos, enemigo del sindicalismo independiente. El velo se corre y aparece el rostro oxidado de un auténtico baluarte del viejo régimen, salido de las entrañas del PRI.

Hacer negocios, parece ser la divisa de Marcelo de los Santos, lo que lo convierte en uno más, en la convulsiva historia de la política local. Y como Carlos Jonguitud Barrios, Leopoldino Ortiz Santos o Fernando Silva Nieto, tiene de principales aliados a sus familiares. Un capitulo pendiente, que debe ser contado con máxima objetividad a los potosinos, es la historia de Marcelo de los Santos Anaya, traficante de influencias, metido de lleno al deporte profesional, la especulación del suelo urbano y los carros “chocolates”.

Una característica sui generis reviste de oscuro demócrata a Jesús Marcelo de los Santos Fraga: salpica hacia arriba, abajo y todos lados. Sus principales funcionarios, al final del sexenio, podrán engrosar las reducidas filas de los nuevos ricos en San Luis Potosí. Pero se trata también de otra crónica que habrán de esperar los sufridos lectores de La Noticia. Por lo pronto, para su completo beneplácito, les contamos, sin ambages, los entretelones de una tragedia local, donde el anti héroe trasciende al revés, en una buhardilla perdida en el tiempo y espacio.