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San Luis, estado violento y misógino

El abogado adscrito a la Comisión Estatal de Derechos Humanos, Francisco Parra Barbosa, destacó que San Luis figura a nivel nacional como una de las entidades más violentas contra las mujeres, por lo que se han emitido alertas de género. Pero se muestra desencantado, ya que las autoridades no se preocupan por construir al menos simples medidas preventivas, como iluminar las calles. A diferencia de la fiscalía general que manejó a inicios de noviembre 25 feminicidios, destacó que en julio superaban los 36. El doctor en derechos humanos y género por la universidad Pablo de Olavide, de Sevilla, España, destacó que a la mujer se le niega el trato de persona, ya que se le considera un objeto sexual y comercial. Las agresiones en su contra se llevan a cabo en todos los estratos sociales y culturales. Incluso la iglesia aporta su cuota de misoginia, lo que no ha cambiado desde la época en que eran quemadas en la hoguera, acusadas de brujería. Ahora las embriagan, violan y arrojan desde altos edificios por las ventanas. Indicó que ante la inoperancia de los ministerios públicos para atender sus demandas, las envían a dejar las querellas con sus verdugos. Una de las víctimas terminó bañada en gasolina y rostizada. Parra dijo que es urgente imbuir los niños, desde el hogar, tratar con respeto y equidad a las niñas, ya que nadie es superior a los demás. Precisó que el congreso local y el ejecutivo, deben unir esfuerzos para conseguir resultados concretos y detener la ola criminal contra el sector femenino, que ha obtenido logros sustantivos en el ámbito académico y laboral.

-¿Cómo explica la constante violencia contra la mujer?

-La sociedad mexicana es de las más violentas del mundo. Se equipara con el medio oriente. El tema en el país se ha reconocido como un problema de salud social, desarrollo económico y de estabilidad. El estado mexicano ha firmado varios tratados internacionales, como el de las Naciones Unidas. El más importante, con la Comisión Interamericana para prevenir, atender, sancionar y erradicar la violencia hacia las mujeres. Hemos legislado en el ámbito interno o armonizado con dos leyes, la de igualdad y acceso libre de las mujeres a una vida libre de violencia. Sin embargo, no se garantiza su seguridad. El caso más extremo que hemos tenido en el país fue el de las muertes de Juárez que se volvió famoso a nivel internacional. Pero existen otras entidades donde se cometen feminicidios. Tengo como último dato de agosto, sin contar a la ciudad de México, que son lugares muy peligrosos. Aparecen Veracruz, Chihuahua, Nuevo León, Guerrero, Sinaloa y Jalisco como los estados que concentran el 40% de los feminicidios. Aunque San Luis no aparece, se encuentra dentro de las entidades de violencia hacia las mujeres donde se ha emitido la alerta de género.

-Se habla de 25 feminicidios en San Luis Potosí.

-Son más. Hasta julio había 36 casos, para noviembre debemos tener arriba de los 40. No en todo el país se ha legislado sobre el tema. No tienen que esperar hasta privar de la vida a inocentes. El feminicidio, según lo marca el código penal federal, es un delito donde se priva a una mujer de la vida, pero también presenta otras agresiones previas, como mutilaciones, degradaciones, cualquier tipo de acoso. Hay toda una cadena de actos violentos previos donde el feminicidio es lo último que se comete. Una víctima sufrió tales actos por el simple hecho de ser mujer. En una sociedad violenta, a la mujer se le mira como un objeto, no como una persona. Los derechos humanos sobran, no se respeta la dignidad. Somos valiosos y merecemos respeto, pero a las mujeres las miran como maniquís, algo decorativo. Las usan para anuncios de cualquier tipo, cervezas, llantas. Hay una mujer con características físicas y vestuarios definidos. El resto no cumple los patrones. Se les mira igual, pero como entes de limpieza, cuidado, no les brindan el mínimo cuidado. Se comienza a violentar a todas las mujeres. Los verdaderos agentes de violencia somos los varones. Las mujeres son las víctimas. No se deben informar del tema. Los hombres tienen que cambiar y quitarse el chip del machismo, la misoginia. Hombres y mujeres tenemos que evolucionar.

“La violencia no respeta las barreras sociales, económicas, culturales, académicas, es transversal, cruza por todos los ámbitos. La practica el empresario. La persona que se dedica a la limpieza en los hogares, sufre violencia. Las primeras damas también son violentadas. El ser acompañantes es otra forma de violencia. En los altos y bajos estratos se dan los feminicidios. En San Luis está el caso de la joven Karla Pontigo. Nunca se supo lo que sucedió, no se tienen datos suficientes e incluso se politizó el asunto. Se protege a los posibles depredadores que pueden ser tratantes de personas, gente del crimen organizado. Hablamos de una convivencia entre las propias autoridades que tienen que investigar y sancionar a los que delinquen. No podemos decir que solo en las capas más bajas se da la violencia por falta de educación o recursos económicos. Aunque alguien no tuviera hijas, hermanas, madres, tías, abuelas, o un trato con las mujeres, está obligado a respetarlas. En la conferencia internacional de derechos humanos de 1993 en Austria, se reconoció que las mujeres también son seres humanos. Antes se les consideró animales, objetos, menos personas. Debemos reconocer que todos tenemos los mismos derechos e igualdad”.

“Algo muy importante es educar a los hijos desde el hogar, la familia, inculcar el rol de los quehaceres domésticos, que no son solo para las mujeres, tratar el tema de la igualdad en todos sentidos. Entonces, otros serían los mensajes en los medios informativos, comerciales y películas. La iglesia también juega el papel de misógina. El artículo primero constitucional dice que nadie debe ser discriminado por su condición de género. La Suprema Corte reconoció la igualdad entre un hombre y la mujer. Es algo que creó un gran impacto. Por ejemplo, en el momento que un hombre pierde el empleo por discapacidad, las mujeres entran a ayudarle a mantener la casa y familia. Antes no se hacía. Hoy los hombres también pueden llevar los hijos a las guarderías, juntos, realizar los quehaceres domésticos. A mí no me querían dar una instancia infantil por el simple hecho de ser hombre. Todos nos beneficiamos con la igualdad. Tenemos que cambiar, transformarnos para avanzar. En el tema de los salarios, a las mujeres se les paga un 30% menos. Es un estudio del Instituto de las Mujeres, aunque una persona del género femenino trabaje lo mismo, se le paga menos. En los ascensos, el hombre los consigue porque trabajó, cumplió, le echó ganas. En una mujer se interpreta por acostarse con el jefe. Estamos en una circunstancia de dimes y diretes. Pero muchas veces las mismas mujeres no se apoyan entre sí. No existe solidaridad, compiten unas con otras”.

“A los hombres les da lo mismo, si se quedan atrás. Los machos cuentan chistes misóginos, bromas, para demeritarlas. México aportó a nivel internacional el término feminicidio. Ya existía antes el término homicidio cuando se priva de la vida a otro. Cuando a un hombre le quitan la vida, se dice que es valiente, se defendió y por eso lo mataron. Cuando se aniquila a una mujer se van a los crímenes pasionales, seguro andaba de más. Siempre existe el prejuicio previo antes de investigar. Hay que ser cuidadosos. En San Luis hay más de 40 feminicidios. Hay una impunidad del 70%. No podemos decir que existen soluciones. Difundimos el prejuicio de mujer al volante, peligro constante. Las ubican como tontas, ignorantes. Si revisamos la historia legislativa del país, cuando antes las personas se casaban en las oficialías del registro civil, les mencionaban que el hombre es el que dirige. Es el fuerte, el que guía, debe proteger a la débil, la mujer abnegada, con permiso de golpear para educar. Pero las mujeres han logrado progresar en los últimos 40 años. Los movimientos feministas surgen en la segunda guerra mundial. Los hombres se van a la lucha. ¿Quién se ocupa de sembrar y producir en las fábrica?, las mujeres. Cuando termina la revuelta, regresan los varones. Quieren reintegrar a las esposa a sus casas a hacer los labores domésticas, pero ya se habían acostumbrado a una vida distinta y cobraban un sueldo”.

“A partir de entonces, las luchas feministas han avanzado poco a poco. Todo ha producido una gran confusión y más violencia. Los hombres no están acostumbrados o no quieren aceptar que las mujeres se comporten en situaciones de igualdad. En las universidades hay más mujeres inscritas en las ingenierías, suman el 30%. Vemos cómo se preparan. Las que tienen mayores estudios avanzados son las mujeres.  Los hombres se van al campo de trabajo de manera inmediata porque consideran que son los proveedores. Ahora hay mujeres que ganan más que los hombres, lo que afecta las relaciones. Los hombres quieren mandar. Y si la compañera labora, debe seguir con las labores domésticas, los atiendan, hagan la comida, dependan en cierta forma de sus parejas. Lo que ha producido un cambio en el trato. Los machos se vuelven más violentos al no aceptar los cambios, al grado de matarlas. En las fiestas de universitarios, las chicas son arrojadas de un cuarto piso, después de ser violadas, al estar drogadas y borrachas. ¿Por qué no lo hicieron a un hombre?, por el simbolismo que tiene la mujer como objeto sexual. Hoy son muy distintas las generaciones a nuestras madres, tías, abuelas. Pero los hombres son iguales que sus padres y abuelos. Es el gran problema, no han querido evolucionar. Hay muchos textos antiguos, pensamientos de filósofos como el de Aristóteles, donde decía que la mujer era un hombre incompleto”.

“Estaban muy equivocados, bajo ninguna circunstancia se puede admitir que la mujer sea la responsable de todo. Tampoco lo es del pecado original. La culpan del embarazo cuando se produce una relación sexual, como si lo hiciera solita. Debemos asumir nuestras responsabilidades y cambiar el chip, lo que nos haría más libres, correctos, alterar los flujos sociales. Las iglesias tienen mucha responsabilidad. Las mujeres las sostienen y hacen todos los trabajos. Levantan a las comunidades. Lo que nos lleva al punto de que las explotan en algunos lugares. Para donde nos movamos existe una violencia sutil o drástica contra las mujeres, que no son seres indefensos en espera que llegue alguien y las proteja. Hombres y mujeres tienen que encontrar un equilibrio. Nos toca más a los hombres buscarlo. No sirven los tratados internacionales si a la hora de aplicarlos son hombres los que investigan y aplican las sanciones. ¿De qué sirven leyes que defiendan a las mujeres si los que siempre predominan y deciden son los hombres? Necesitamos a las mujeres en puestos importantes. No existen porque no hay paridad política ni de género en las cámaras. En algunos congresos se logró, pero cuando revisamos años atrás las estadísticas, de 1960 al 2000, de los que ocuparon cargos públicos, solo el 8% fueron mujeres, lo que nos dice, falta mucho por hacer”.

“Cuando las mujeres llegan al poder, a la cámara de diputados o al senado, aparecen las famosas Juanitas, que al mes y medio renuncian al cargo y lo ocupan los maridos, un hermano, hacen fraude. Así no vamos a lograr mucho. ¿Cuántas presidentas de la república hemos tenido?, ninguna. En San Luis, ¿cuántas gobernadoras?, cero. Al existir una candidata fuerte le aplican el photoshop para que luzca hermosa, cuando tiene rasgos afro descendientes. Las mujeres tienen que ser como son, no buscar estereotipos. Hay que hacer cambios importantes en las leyes y prácticas de cómo se da el ejercicio del poder, las relaciones entre hombre y mujer. Julio fue el más violento, tuvimos 78 casos y en algunos se dio la alerta de género, para prevenir y erradicar la violencia contra las mujeres. Se activa cuando hay un número importante de damitas que han perdido la vida. A la secretaría de gobernación le toca echarla a andar. La impulsa el Instituto Nacional de las Mujeres y funciona a partir de los recursos federales que otorgan a los estados y municipios. La alerta puede ser para el estado completo o solo para algunos ayuntamientos. En San Luis se da cuando hay casos de feminicidios, desaparición o violencia contra las mujeres o comportamientos violentos en la capital, Valles, Matehuala, Soledad, Tamazunchale y Tamuín, donde se activó. Es un mecanismo que busca erradicar y enfrentar la violencia, bajar el número de feminicidios”.

“Sin embargo, hemos notado que tratan de decir que no pasa nada, negar los hechos cuando el malestar social es creciente y los datos están a la vista. Entonces, no les queda más que admitirlo y aceptar la alerta. Los gobiernos, para erradicar la violencia, no han hecho nada. Las calles no están iluminadas, no hay policías suficientes, no se cuenta con sistemas de botones de pánico. En muchas aceras ni siquiera hay semáforos. Los espacios públicos no son planeados en la igualdad de género, están construidos en actitudes masculinas, como los estadios, baños, plazas comerciales. Los cambiadores de los niños están en el baño de las mujeres. No existe una policía especial para atender casos de violencia contra las mujeres. He manejado casos de personas violentadas en sus casas. Una patrulla tarda hasta tres horas en llegar si es fin de semana o no acude. Primero preguntan si sangra, si las golpearon de verdad. Quieren reaccionar hasta que las maten o ¿cuál es el punto?. Hay ministerios públicos insensibles, llega la señora maltratada, después de muchas agresiones, se arma de valor y denuncia. Pero le dicen, no se le notan las marcas de violencia. Le sugieren que regrese a su casa y cuando sangre, vuelva al instante. Hace 4 años una señora presentó la queja. Le dijeron que no había policías ministeriales, por lo que notificara al esposo por su cuenta”.

“Al recibir el escrito, el agresor enfureció y le prendió fuego, la quemó viva. La  propia autoridad no la atendió, expuso a la víctima hasta su muerte. Las autoridades deben ser sensibles, proactivas, no reactivas, proteger a los ciudadanos. Crear refugios después de poner las denuncias. Donde las agraviadas se sientan seguras, resguardadas, sin peligro alguno. Otorgarles apoyo psicológico, jurídico, trabajo, empoderarlas. Falta que el estado se comprometa, pero solo se queda en el discurso. A los hombres también debe asistirlos. No olvidar que el objetivo es la igualdad de género. Falta capacitar a los instructores y que los medios informativos ayuden a erradicar los modelos machistas y misóginos desde las escuelas y familias. Exista un presupuesto para erradicar la violencia. Le toca al congreso y poder ejecutivo. Antes las quemaban en leña verde, decían que eran brujas. Había un libro que se llamaba El Maléfico, de la propia iglesia católica, donde señala que la mujer se hacía pasar de sabia, empezaba a leer, adquirir mayor conocimiento, hizo pacto con el diablo, por lo que debían quemarla. Las iglesias tienen un gran peso en el asunto. Lo vemos también en lo académico, nunca hemos tenido una rectora en la universidad autónoma, no hay muchas directoras en las facultades ni investigadoras. Se nota cómo discriminan a las mujeres”.

“En el ámbito laboral se da el acoso sexual y hostigamiento. Ha habido instituciones donde se han creado protocolos, la universidad autónoma tiene uno para intervenir en situaciones dentro de las escuelas. Las víctimas de 1999 son mujeres. Aunque hubo un brinco cultural, todavía imaginamos que las mujeres deben estar solo en actividades de su sexo, donde cuidan inválidos, pobres y como madres solteras. Es un concepto muy retrograda. Luego las ponen en cargos, pero las dejan solas, no les dan presupuesto. También tenemos que no por ubicar a una mujer en algún cargo, va a tener perspectiva de género. Muchas veces las mismas mujeres son machistas, como los hombres. Pero hay varones muy comprometidos con los derechos humanos, por lo que no vamos a etiquetar ni a generalizar. Tenemos que manejarnos en la misma línea. Hace algunos años desapareció el delito sobre la trata de personas. Me sorprendió porque el flujo de las redes sociales es un campo amplio para llegar a cometerlo. Les ofrecen que serán modelos y ganarán mucho dinero. Lo consiguen y se las llevan. No se puede denunciar el delito porque no existe en San Luis. Más allá de las broncas entre los políticos, debe haber un interés social. Asumir sus tareas, darle respuestas a la ciudadanía. El asesinato de la dentista Érika Muñoz provocó que el gremio exigiera cuentas al estado. Tenemos que ser sensibles al dolor de cualquiera. El cambio empieza desde la crianza de los hijos en la casa”.

“No sólo las mujeres deben lavar trastes, hay que respetarlas en todos los sentidos. Tiene que haber congruencia en lo que se dice y hace. Hay una sociedad incongruente. Conozco el caso de unas mujeres indígenas en Santa María Acapulco, que se negaban ir al centro de salud, porque el médico les restregaba que olían horrible. No tienen agua en sus casas, el lugar donde la consiguen está a tres kilómetros, batallan para conseguirla. No ven el contexto. Los que tienen el trato con las personas carecen de sensibilidad, no son solidarias. La norma 046 tiene dos formatos donde señalan que cuando se atiendan casos de salud, se da parte al jurídico del hospital para que tomen las acciones correspondientes. Un médico que recibe cada semana a una mujer golpeada y no la reporta incurre en negligencia. La norma dice que deben ventilar los asuntos y las autoridades apoyarlos. La ex alcalde de la capital, Victoria Labastida, en el sexenio de Fernando Silva, impuso el programa de la mujeres. Fue el inicio de lo que se conoce como el Instituto de la Mujer, quitamos el asunto de los robos y demás acusaciones. Ha habido mujeres que le han entrado a los temas de las mujeres. He colaborado cuando me han invitado y he visto cómo han crecido. No meto las manos por Labastida, que la defiendan sus abogados. Cuando terminó su mandato, fue denostada y acusada de otros delitos. Pero también hubo hombres envueltos en malos manejos a los que no han atacado tanto”.

-¿Los noviazgos violentos terminan en feminicidios?

-La violencia muchas veces empieza en el noviazgo. Las relaciones violentas se dan desde la niñez  con el bullyng pero continúan en el noviazgo. Se tiene que erradicar. No tolerar. No estar con la baja autoestima de que alguien venga a quererlos, rescatarlos. En la convención de los derechos de las mujeres del 2005, se habló de un avance importante a partir de la cumbre de Pekín, donde se  reconoce que las mujeres tienen derechos absolutos sobre su cuerpo. Tienen derecho a vestirse como quieran y los hombres no pueden molestarlas, chiflarles, agredirlas, incomodarlas, tenemos que respetar sus decisiones. En los noviazgos hay hombres violentos que les exigen a las mujeres no se vistan de cierta manera para que  no enseñen nada. Como si la mujer fuera propiedad del novio. Dice una frase, si no te pega, no te quiere. La violencia empieza desde las palabras, apodos, cállate, no digas nada. Existe la idea equivocada de que el hombre le lleva serenata y flores, a pasear, por lo que se ganó el derecho de mandarla, golpearla y hacerle lo que se le antoje. Se da hasta en el matrimonio. Todo comienza desde la violencia verbal, las prohibiciones. Luego se pasa a la violencia física, desprecios, desaires. Después, la muerte. Luego las víctimas y victimarios quieran reconciliarse. Cuando la afectada acepta, da lugar a que el otro la violente más adelante y siempre tendrá un perdón, haga lo que haga. Es algo que va a durar hasta que las maten.  Muchas occisas dijeron que lo más bonito eran las reconciliaciones. Es una espiral de violencia, que cada vez se vuelve peor.

“Está el caso de una chica de secundaria, asesinada en la comunidad San Pedro de las Anonas, en Aquismón. Tenía su novio, rompen y se busca otro. El primero la mató a machetazos, dijo que era suya. No podía tener otro novio ni que la tocara. Son casos extremos. Pero también están los embarazos en las adolescentes. México ocupa el primer lugar en América Latina. En julio participé en cursos para prevenir los embarazos antes de tiempo. Es impresionante que a las chicas de la zona huasteca, las sacan de las escuelas y las venden por alcohol, botellas de aguardiente, un cartón de cerveza. Las niñas son violadas por hermanos, padrastros. La seguridad es nula, si huyen de sus casas, corren muchos peligros, acaban por perder la vida. No hay los suficientes recursos para protegerlas. En otros casos, resultan embarazadas y quieren abortar, pero no se les permite. En San Luis, existe un apartado donde dice que es factible, pero es una farsa. No existe un protocolo donde detalle qué hospital lo hará, con qué métodos y médicos. Terminan por irse a México. Mientras no se les extienda el estatus real de personas a las mujeres, no de objetos, lo demás es solo discurso. Es labor de las autoridades, pero también un asunto cultural. Las mujeres no les pertenecen a nadie. Son autónomas. Las miran como la virgen de Guadalupe, la puta o el objeto. No como iguales, con los mismos derechos. Los hombres tienen miedo de admitirlas como humanas, porque no quieren que tengan los mismos derechos y oportunidades. Toda la sociedad es responsable. Las investigaciones son muy importantes”.

“Ya estamos en otra época. Los permisos por ley de maternidad son muy diferentes. En el 2012 se reformó la ley federal del trabajo. A los hombres les dan cinco días como derecho a paternidad. Es absurdo, no se puede hacer nada. En otros países les facilitan 480 días con sueldo, buscan que los hombres se hagan responsables de sus obligaciones. Quieren padres cuidadores, no procreadores. El machismo daña a mujeres y hombres en todos los aspectos. Si el estado se va a dedicar a atender víctimas, es indispensable tenga funcionarios preparados con las herramientas necesarias. Pero no se planean los protocolos, por lo que se tienen las alertas de género, que no aterrizan. Todos los poderes tienen que entrarle. Es un tema difícil, pero con soluciones. El festejo del 10 de mayo creció porque después de la revolución mexicana, hubo mujeres que impulsaron la igualdad. A veces hay grupos de reacción que tratan de encasillar a las mujeres en ciertos esquemas. Se creó el festejo para respetarlas, pero debemos hacerlo sin que sean progenitoras. Se hilvanó un estereotipo. Existe la teoría de la poli presión. Ubica a la mujer en el centro, rodeada por el estado, familia, iglesia, medios informativos. Surge la opresión desde varios frentes, como el leguaje. Unos decían que la real academia no acepta decir todos y todas. Lo que no se menciona, no existe. Es tedioso repetir todas y todos, pero es una manera de igualdad a las mujeres. En la historia, son pocas las mujeres que se mencionan. Hay que tener cuidado al hablar, usar términos incluyentes”.

“Me decían donde hago la maestría en ciencias forenses, cómo se investiga cuando una lesbiana u homosexual son asesinados. ¿Es homicidio o feminicidio?. En los diversos estratos sociales se habla de un hombre o mujer, no hay más. Las denuncias deben solucionarse, no dejarlas archivadas. Sancionar a los responsables, hacer investigaciones serias. Darle presupuesto a las coordinaciones municipales para que puedan llevar sus trabajos. No queden impunes. Crear botones de pánico. Hacer un cambio muy serio para proteger los derechos de hombres y mujeres. El caso de la chica Greta Perogordo, que denunció a su padre por violentarla varios años, buscó una instancia pública que no le creyó por venir de personas con alto poder y peso en la política. Las autoridades van y viene pero la ciudadanía sigue vigente. Hay mujeres que luchan por los derechos de otras mujeres como Marcela García Vázquez y Lourdes Alemán. Las minimizan cuando sólo buscan avances”.

 

 

 

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Misoginia en el PAN

La ex regidora panista de la capital, Leticia de Jesús Gómez Gómez, calificó de misógino y practicar la violencia de género al presidente del comité estatal del PAN, Xavier Azuara Zúñiga. En su momento se opuso a que llegara al cargo por el hecho de ser mujer. Pero también buscó bloquearla para favorecer al entonces presidente del comité municipal del PAN, José Antonio Zapata Meraz. Para conseguir sus propósitos, sin éxito, visitó al ex edil, Mario García Valdés, para que la destituyera del puesto. Se negó. Argumentó que la víctima llegó por un mandato superior y no quería tener problemas.

La regidora titular, Nadia Rangel había solicitado licencia para postularse candidata a diputada local por el quinto distrito local. Le conceden permiso. Debió relevarla la suplente, Teresa Corripio, que por problemas familiares, no puede asumir el puesto. Por razones de género, la vacante le corresponde a una mujer. Gómez está en el octavo lugar. Se le cruzó oportunista Zapata Meras. La afectada se inconforma, promueve un juicio para que se respeten sus derechos políticos.

“Le reclamo a Zapata que dónde están sus trenzas. El Consejo Estatal Electoral determina que yo asuma el puesto. Lo quitan a los 11 días. Tampoco podía quedar el que estaba en el lugar 7, David Hernández, que entendió el mensaje desde un principio. Azuara y Zapata son misóginos porque no me dejaban llegar. Trabajé mucho para ayudarlos. Los llevé a mi distrito con la militancia. El partido se ofreció para ayudarme. Nunca lo hicieron. Me quisieron cobrar la cuota y me negué. La regiduría la conseguí por mis propios medios. Otras personas me ayudaron y se los agradezco. Si llego dar una cuota, será para beneficio social. Pero ya no promulgo con tales doctrinas. Son personas hipócritas, capaces de todo. Ahora soy libre de irme al partico que quiera o estar como independiente”.

Narró que Azuara utiliza a las personas para sus intereses. Tiene doble cara. La mostró al impulsar para el manejo la Junta de Coordinación Política a la diputada Xítlalic Sánchez Servín a la que denostó su colega del PRI, José Luis Romero Calzada, que incitó a la violencia de género, al restregarle que no iba a alcanzar el puesto. La desplazó Enrique Flores. Gómez apoyó a Azuara como candidato a la alcaldía con brigadas a pesar de que no era de sus simpatías. «Me había inclinado por el ex legislador Miguel Maza. Al perder nos fuimos con Azuara. Le aclaramos que lo íbamos a respaldar porque nos lo pidió Maza. Cuando supe que iba a competir contra Ricardo Gallardo Juárez, concluí que no ganaría. Solo lo inflaron como cereal. Ni siquiera con el respaldo del ex gobernador Marcelo de los Santos se iba a imponer. O le salió al revés. Fue diputado federal, pero no es lo mismo que presidente municipal. Es mucha tarea y no está preparado. Debió olvidarse y no competir. Además el PAN está fragmentando y no lograría nada”.

Resaltó que su partido siempre ha estado dividido en por grupos que solo cuidan su beneficio. Tales diferencias incidieron en los últimos tropiezos del activista Alejandro Zapata al tratar de ganar la alcaldía y la gubernatura. Lo mismo le pasó a la senadora Sonia Mendoza, que fue derrotada por el actual mandatario, Juan Manuel Carreras. “En política hay muchas sorpresas. Muchos fingen apoyar. Algunos venden informes para perjudicar a otros. La oriunda de Matehuala no tuvo respaldo por ser mujer. Son misóginos. Están enfermos. Falta sumar que muchos son huastecos como Azuara. Tienen arraigadas las costumbres donde la mujer no tiene tanta voz ni voto. Siempre están están detrás del hombre».

Gómez no pudo seguir de cerca el conflicto de la basura con la empresa Vigue, ya que volvió a los litigios con Nadia Rangel que decidió regresar como regidora, después de ser derrotada. “Se miró en la banca. Mis consejeros dejan perder el asunto, le dan el fallo y gana. Es la que termina la regiduría los últimos dos meses. Lo hizo porque Azuara la manipuló. Aunque no era no era de su grupo y nunca la habían juntado. Se dejó influenciar con alguna promesa tonta. La consideré una persona sensata, pero me equivoqué. Mis abogado fue Alberto Rojo Zavaleta. Se dejó ganar porque no me dejé acosar por parte de su ayudante, Rodolfo Morales. Un novato al que delegó mi caso. Comparado con su jefe, no tenía experiencia. Le dije a Rojo que mejor me hubiera perseguido por su cuenta. Cuando estuvo como delegado del Instituto Nacional de Migración, lo acusaron de hostigar a hondureñas. «El acoso no distingue partidos, posición social, ni edad. A los potosinos les falta madurar. No están preparados para que llegue una mujer a gobernar, ya que prevalece el machismo».