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La codicia económica y política, el sustrato para convertir a Pozos en ayuntamiento

Los medios panegiristas del gobernador Ricardo Gallardo, sostienen que Pozos, por su tamaño e importancia industrial y económica, se puede convertir en el tercer municipio de la zona metropolitana. Según el censo del 2020, tiene 148 mil 168 habitantes. Estiman que en las elecciones del 2024, podría votar el 72%. La gente dejaría de pagar al ayuntamiento de la capital, impuestos que se destinan a seguridad, pavimento y alumbrado. En los últimos comicios, el mandatario actual logró  19 mil sufragios y el candidato del PRI y PAN, Octavio Pedroza, 10 mil 700.  La mecánica es que primero debe enviar al congreso, una iniciativa que debe ser aprobada en comisiones, luego subirla al pleno, para ser discutida por los 27 diputados, de los cuales tener a favor 18. Le ayuda tener de su lado al Partido del Trabajo, Morena y Nueva Alianza, con los que alcanzaría 13 sufragios. Necesita otros 5 de los opositores, que se han manifestado, casi unánimes, en la misma línea del promotor. Entonces, Pozos recibiría de manera directa el presupuesto estatal. Se deben modificar los distritos locales y federales, para tener acceso al congreso y regidores en el cabildo, en los comicios del 2024. Refieren que los últimos municipios en conformarse fueron El Naranjo y Matlapa, en 1994.

Enemigo de la transparencia, el manejo honesto de los recursos y el mínimo contrapeso, en el asunto de convertir a Pozos en municipio, Gallardo echa sus barbas a remojar. Aunque tiene la chequera del erario para comprar el ayuntamiento de la capital al precio que fuera, teme que la ciudadanía manifieste su rechazo absoluto al candidato que proponga para relevar al actual edil, Enrique Galindo, que ya sopesó, no tiene las simpatías del mandatario para reelegirse. Pero la apuesta es doble, en su desmedido empeño de controlar a los 58 ediles, no puede, no debe perder el que ahora promueve, cercano al paroxismo. Hombre de objetivos estrambóticos, además de sentirse artista, un ídolo musical metido a político, obsesivo, busca superar la meta del panista Marcelo de los Santos, el único en las últimas décadas que brincó del ayuntamiento a la gubernatura. Y es lo que busca con el alfil que ponga en la capital o Pozos, sin razonar los estragos que puede conseguir al fraccionar los escuálidos recursos, amén del seguro despilfarro.

Al resto de los alcaldes, además de quitarles las obras más boyantes, que les permitan acrecentar su capital político y económico, con miras a mantenerse en el cargo, los terminó de asfixiar al arrebatarles el manejo del impuesto predial, de los pocos fondos autónomos que les permite subsistir mientras les llegan las migajas centralistas. En el caso de Galindo, que se ha portado prudente y evitado el choque prematuro, no le funcionó el manotazo. Lamenta no ejecutar el gran número de trabajos en diversos puntos de la capital y no tener bajo su férula, los más de 2 mil millones de pesos que recabó por la gabela del predial, que le hubieran servido para contratar al cantante en declive, Luis Miguel o un grupo estruendoso, experto en narco corridos, que lo llevan al clímax. En el tenso y complicado trato que tiene con su vecino, que le hace sombra cada rato, ya sacó el resabio dos veces. Una para reclamarle que no atiende con eficacia la seguridad y otra, por despilfarrar el erario en la juerga turística, en Acapulco, mientras los habitantes padecen la falta de agua.

En sus afanes caciquiles, le molestan otros referentes pasados. Lo acusan de haber borrado el nombre de Antonio Rocha Cordero al archivo histórico. Al periférico que tenía su nombre, ahora, arbitrario, lo llama Circuito Potosí. No tolera que Rocha haya generado un cúmulo de cachorros, la mayoría gobernadores, de donde surgió el guía espiritual y material de Gallardo, al que le debe estar en la cima: el maximato Horacio Sánchez Unzueta. Tampoco acepta la sombra histórica del matador de dragones, Salvador Nava, abuelo del ex alcalde de la capital, Xavier Nava, con el que tiene un pleito suicida. Ya planteó cambiarle el nombre a la avenida que se llama como el ex líder cívico, pero le irrita pedirle el favor a Galindo, al que busca destronar. El ex munícipe Xavier Nava ya planteó lo peligroso para la democracia, que sólo exista una voz autoritaria en San Luis. Los diputados locales están en una encrucijada fatal: si autorizan el 59 municipio para satisfacer el ego de un tirano, serán recordados en la historia como los más pusilánimes y entreguistas.

Aunque los tiene con un pie en el cuello, los diputados locales, antes de recibir la iniciativa del gobernador Ricardo Gallardo Cardona, de convertir a Pozos en ayuntamiento, deben analizar a fondo el atraso, miseria, desempleo y desolación que priva en Soledad, donde los cómplices del mandatario, han manejado a su antojo la hacienda pública. Los únicos que se han enriquecido, son los familiares del también boyante vendedor de pollos. Cometieron un fraude por 50 millones de pesos en el llamado Centro Cultural Doroteo Arango. Ahora como mandatario, Gallardo plantea terminarlo, para ocultar el robo vil. Lo mismo hizo en la avenida Fray Diego de la Magdalena, donde su padre, Ricardo Gallardo Juárez, reportó inversiones por más de 200 millones de pesos, sin colocar un ladrillo. Con los cambios superficiales que le hizo, busca enterrar el asunto sin ninguna consecuencia penal. El móvil de Gallardo Cardona es que necesita más opciones electorales para colocar a sus allegados.

Con el respaldo absoluto de su consejero, el presidente Andrés Manuel López Obrador, sabe que jamás será fiscalizado. Puede ganar la capital en los próximos comicios, sin el mínimo esfuerzo. Pero lo atosiga la demanda clientelar. Busca acomodar como relevo del edil Enrique Galindo, a su padre. Ya sumó al magnate Juan Carlos Valladares, al que controla como secretario de desarrollo económico. Impulsivo y sistemático ocurrente, no descarta a su cónyuge, la presidenta estatal del DIF, Ruth González, ya que hace mucho tiempo, los potosinos no son guiados por una mujer. Además, tiene una deuda moral, histórica y de confianza, con el secretario de comunicaciones y transportes, el feroz tribuno, Leonel Serrato, que antes lo llamó mafioso, delincuente y secuestrador. Entonces, en el esquema de ampliar el mercado de chambas y aumentar su peculio, que lo convierta en el hombre más rico de San Luis, si es prioritario para Gallardo, hacer municipio a Pozos.

Inspirado en la codicia política y económica, molesto porque tiene en Galindo un contrapeso que le quita los reflectores cada rato, Gallardo desempolvó el tema de convertir a la delegación de Pozos en municipio, lo que le permitiría colocar en el mediano plazo, otro pelele, como ha ocurrido con la mayoría de alcaldes de Soledad, que maneja de manera secreta y abierta. No son alcaldes, se trata de auténticos veladores que le cuidan la hacienda pública, que maneja a su antojo, sin el mínimo castigo. Y repite la misma conducta con el erario del estado. Aunque tiene bajo su férula al congreso, tampoco puede imponer en lo inmediato, un consejo municipal, con lo que violentaría la constitución local. Ni argumentar que existe ingobernabilidad para desaparecer los poderes constituidos. Algunos expertos consultados, plantean que la iniciativa se podrá aplicar en los comicios del 2024. Pero Galindo puede entablar una controversia constitucional, si lesionan sus aspiraciones para reelegirse, exigir que lo dejen competir sin quitarle la demarcación de Pozos.

Como sabe que lo rechazan en la capital, Gallardo busca anticiparse y crear un ayuntamiento paralelo, que le permita quedarse con los jugosos aranceles que aporta la zona industrial, un lugar en pujante desarrollo. A Pozos también se le define como el reducto de los fraccionamientos sin control, donde el costo de la tierra se ha elevado de manera exponencial. En la etapa que su padre Ricardo Gallardo Juárez fue alcalde de la capital, lo denunciaron de cometer viles despojos de tierras ejidales a una decena de víctimas. Tuvo de socia en el ilícito a la anestesióloga María Luisa Ramos, ex cónyuge del ex gobernador de bajísimo perfil, Fernando Toranzo, al que pronto habrá de encarcelar, por haberlo convertido en reo. Entonces, ya con el pleno control de Pozos, se convertirá en un zar inmobiliario. Y como planea durar al menos 6 sexenios consecutivos como dueño del presupuesto, sueña con tener otro Soledad para su completo beneficio. Y que los potosinos de la capital, se atengan a las consecuencias.    

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La ocurrencia de Gallardo de convertir a Pozos en municipio, ya lo prohíbe una sentencia de la Suprema Corte de Justicia de la Nación

El doctor en derechos humanos, Francisco Parra Barbosa, denunció que la ocurrencia del gobernador, Ricardo Gallardo Cardona, de convertir a Pozos en municipio, no tendrá éxito, ya que se lo impide una sentencia de la Suprema Corte de Justicia de la Nación, expedida en el 2003, cuando un grupo de la demarcación, encabezados por el pujante Cirilo Juárez, no lo consiguió. Agotaron las instancias judiciales y perdieron. El criterio fue que Pozos no reúne los requisitos para convertirse en el municipio 59. No tiene el número de pobladores requerido, tampoco la extensión territorial que se exige. Además, el alcalde de la capital, Enrique Galindo, puede oponerse, refugiarse en la autonomía del ayuntamiento, defender los intereses de la mayoría y demostrar que no está subordinado al ejecutivo.Resaltó que el cacique huasteco, Gonzalo Santos, para restarle fuerzas al navismo, hizo a Pozos municipio, pero no le resultó la jugarreta. Dejó de serlo porque las leyes que lo crearon, ya no estaban vigentes en el 2003. El asunto se resolvió en el 2004 y quedó como un veredicto firme. Precisó que Gallardo, aunque maneja a su antojo al congreso, tampoco podrá satisfacer su capricho. El tema está sobreseído. La Suprema Corte decidió no entrar a fondo, porque no había materia legal para hacerlo. También se puede invocar el principio, que un asunto no puede juzgarse dos veces. Se dice non bis idem, en latín. Si quiere manejar un plebiscito amañado, no procederá, ya que la figura se usa para conocer el punto de vista democrático en asuntos políticos. No es aplicable en temas económicos ni territoriales. Y si insiste en llevar el asunto a los tribunales, volverán a perder. «Conozco el caso porque lo abordé hace años, cuando me pidieron una consulta. Se resolvió con la acción de inconstitucionalidad 5/2003”.“El propósito de hacer a Pozos municipio, obedece a la voracidad de Gallardo por el dinero público. Nadie lo ha solicitado de nuevo, salvo los corifeos del gobernador. El gran motivo es adueñarse de la obra pública municipal, de las arcas, expoliar por décadas, la zona industrial. Si sucede, la familia Gallardo se convertirá en los nuevos caciques, como lo fueron hace 100 años, los hermanos Díez Gutiérrez, que se adueñaron en la época porfirista de San Luis Potosí por 40 años”.Añadió que cualquier cualquier intento por pulverizar al ayuntamiento de la capital, será improcedente en términos legales. Por una razón muy sencilla, no se pueden invocar normas que ya no están vigentes. “Si a Pozos lo quieren hacer municipio, es por capricho y ocurrencias de Gallardo y sus asesores, no por una necesidad vital. Lo que se observa en otras partes del país, es lo contrario. Las zonas metropolitanas llegan a convertirse en megalópolis. Está Guadalajara y Monterrey, con sus municipios conurbados, como Apodaca, Escobedo, García. Entonces, ¿por qué en San Luis Potosí tiene que suceder lo contrario? Lo lógico es que la capital del estado, tenga el control territorial, político y económico de Soledad, Villa de Reyes, Zaragoza, Mexquitic, Villa de Arriaga y no al revés. No cabe duda que Gallardo, además de ignorante, causa lo contrario al desarrollo, provoca miseria y retraso”.“Si Gallardo insiste en quebrantar la ley y convierte a Pozos en municipio, será el más rico de la entidad, el más rentable. Se va a cebar con los impuestos de la zona industrial. Pero le va a generar severos daños económicos a la capital. Desde la perspectiva económica, Pozos será después la capital de San Luis. Se debe sumar el criterio del Instituto Nacional de Estadística, Geografía e Informática”.

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Gallardo busca convertir a Pozos en otra Soledad, para quedarse con el erario

Inspirado en la codicia política y económica, molesto porque tiene en el alcalde de la capital, Enrique Galindo, un contrapeso que le quita los reflectores cada rato, el gobernador Ricardo Gallardo, desempolva el tema de convertir a la delegación de Pozos en municipio, lo que le permitiría colocar en el mediano plazo, otro pelele, como ha ocurrido con la mayoría de alcaldes de Soledad, que maneja de manera secreta y abierta. No son alcaldes, tiene auténticos veladores que le cuidan la hacienda pública, que maneja a su antojo, sin el mínimo castigo. Y repite la misma conducta con el erario del estado. Aunque controla sin el menor esfuerzo el congreso del estado, tampoco puede imponer en lo inmediato, un consejo municipal, con lo que violentaría la constitución local. No puede argumentar que existe ingobernabilidad para desaparecer los poderes constituidos. Algunos expertos consultados, plantean que la iniciativa se podrá aplicar en los comicios del 2024. Pero Galindo podría entablar una controversia constitucional, si lesionan sus aspiraciones para reelegirse, exigir que lo dejen competir sin quitarle la demarcación de Pozos. Como sabe que lo rechazan en la capital, Gallardo busca anticiparse y crear un ayuntamiento paralelo, que le permita quedarse con los jugosos aranceles que aporta la zona industrial, una zona en pujante desarrollo. A Pozos también se le define como el reducto de los fraccionamientos sin control, donde el costo de la tierra se ha elevado de manera exponencial. En la etapa que su padre Ricardo Gallardo Juárez fue alcalde de la capital, fue denunciado de cometer viles despojos de tierras ejidales a una decena de víctimas. Tuvo de socia en el ilícito a la anestesióloga, María Luisa Ramos, ex cónyuge del ex gobernador de bajísimo perfil, Fernando Toranzo, al que pronto habrá de encarcelar, por haberlo convertido en reo. Entonces, ya con el pleno control de Pozos, se convertirá en un zar inmobiliario. Y como planea durar al menos 6 sexenios consecutivos como dueño del presupuesto, sueña con tener otra Soledad para su completo beneficio. Y que se frieguen los potosinos de la capital.    

El trágico futuro de los potosinos se escribió cuando el cirujano de bajísimo perfil y de conducta bipolar, Fernando Toranzo Fernández, acató las órdenes imperativas del maximato, Horacio Sánchez Unzueta, para despejar el camino al que sería su relevo, el entonces secretario de educación, Juan Manuel Carreras López, que consignó en su currícula, como gran logro político, haberle cargado el maletín al ex gobernador interino, Gonzalo Toribio Martínez Corbalá, considerado por muchos, “el maestro” del ex presidente Carlos Salinas de Gortari. Gracias a Sánchez y otro de sus alumnos, Fernando Silva Nieto, el doctor en derecho fue secretario de desarrollo social, de programación y presupuesto y diputado federal. Se hizo amigo del ex mandatario Felipe Calderón Hinojosa cuando compartieron aulas en la Escuela Libre de Derecho. Pero al jefe político de la entidad se le iba a complicar el último dedazo para imponer al tartufo de Carreras, al aparecer en el escenario, el dueto de los ex alcaldes de Soledad, Ricardo Gallardo Juárez y Ricardo Gallardo Cardona.

Entonces el triunvirato, formado por Sánchez, Toranzo y el secretario de gobierno, Cándido Ochoa Rojas, planearon quitarse al alcalde con licencia, Gallardo Cardona, que era puntero en las encuestas para ganar la gubernatura. Aprovecharon la coyuntura nacional de los 43 estudiantes desparecidos de la normal rural de Ayontzinapa Guerrero, donde estaba implicado el alcalde perredista de Iguala, José Luis Abarca y su esposa, María de los Ángeles Pineda. Además, el desastre nacional de la inseguridad que provocó la guerra fallida de Calderón contra el narcotráfico. También aprovecharon la pugna interna del PRD, donde los Gallardo se confrontaron con el dirigente nacional del PRD, Carlos Navarrete, que exigió al actual gobernador, someterse al código de ética del partido, para evitar otros descalabros, similares al de Abarca.

Los conspiradores aprovechan la coyuntura para sacar ventaja. Le venden la inquina al entonces mandatario Enrique Peña, ávido de reivindicarse por el fracaso para contener el avance y poderío de las pandillas del narcotráfico.