Archivo de la etiqueta: Marcelo de los Santos Anaya

es content solo

(1掳parte) L贸pez Medina busca quedarse con 2 mil hect谩reas de oro en San Juan de Guadalupe

El litigante Carlos Covarrubias Rend贸n alerta sobre las intenciones del magnate Carlos L贸pez Medina, de apropiarse de 2 mil hect谩reas en la comunidad de San Juan de Guadalupe, con el esquema de las empresas inmobiliarias promovidas durante el sexenio de Carlos Salinas. Un pretexto subliminal para despojar a los ejidatarios de la tierra y volverla a privatizar mediante artilugios. Considera que es la 煤ltima maniobra del voraz fraccionador, cabeza de un grupo de inversionistas que tratan de capitalizar el coletazo del moribundo esquema agrarista que permite juntar a los pobres due帽os de las tierras con los millonarios contratistas que pagan con espejos cada metro de tierra que luego venden con alta plusval铆a. En el centro de las disputas, aparece el alcalde de la capital, Xavier Nava Palacios, que debe autorizar el cambio de uso de suelo para ganancia de sus patrocinadores en detrimento de los comuneros que buscan alternativas m谩s justas. Como si ya fuera due帽o del predio urbano, L贸pez Medina y sus c贸mplices, ante el problema del agua potable en la capital, hacen gestiones para quedarse con el l铆quido proveniente de la presa El Realito, que todav铆a se paga con los impuestos de los ciudadanos. Pero L贸pez Medina no tiene el control del comisariado, que se rompe en varios segmentos. Ya solt贸 a sus cabilderos a comprar los votos que le faltan al precio que le marquen. Sabe que tira centavos que habr谩 de recuperar con millones de d贸lares en lo que se ha definido como la estafa del siglo.

-驴C贸mo est谩 el conflicto de San Juan de Guadalupe, qu茅 papel juega el magnate Carlos L贸pez Medina?

-El asunto de San Juan de Guadalupe se encub贸 hace muchos a帽os. Es un viejo sue帽o de la familia de Carlos L贸pez Zertuche, Carlos L贸pez Mart铆n del Campo y Carlos L贸pez Medina. Se han dedicado al desarrollo inmobiliario desde que se tiene memoria, en los 40 y 50. Hay que recordar que el navismo, en gran medida, naci贸 al confrontarse la familia L贸pez con el entonces rector de la Universidad Aut贸noma de San Luis, Manuel Nava. Fue una disputa respecto a los terrenos que hab铆an sido permutados en el ejido Garita de Jalisco con el fraccionador Carlos L贸pez Mart铆n del Campo. Entonces nace la reyerta. Se vino la insurgencia social contra el cacicazgo de Gonzalo Santos. Ahora surge el problema de San Juan de Guadalupe, pegado a La Garita y Las Lomas. En alg煤n momento, predios de San Juan como Casa Blanca y otro donde L贸pez aparece como propietario, le vende a las desarrolladoras, que hacen negocios con el gobierno en los 90. Junto a L贸pez Medina y su socio de Century 21, Alejandro Tamayo, aparecen los empresarios Carlos Torres Corzo, Vicente Rangel Mancilla, 聽Manuel Mu帽iz Werge y Marcelo de los Santos Anaya. Todos viven los 煤ltimos estertores del salinismo. Empezaron con la Garita de Jalisco en 1993, con la venta de superficies donde se ubican los centros comerciales Walmart, en una superficie de 70 hect谩reas. Luego vinieron las aportaciones de las sociedades mercantiles en 1994.

鈥淔ueron los primeros grandes modelos del mercado de tierras en el pa铆s. Ahora, 24 a帽os despu茅s, la comunidad San Juan de Guadalupe es el segundo paso del proyecto. Pero tienen un problema y una serie de situaciones complejas de 1994 al 2003, que empiezan a activar la parte pendiente conocida como Desarrollo del Pedregal. La continuidad de la Garita de Jalisco es San Juan de Guadalupe. Siempre intentaron tener el control del comisariado comunal desde los 90. Lo consiguieron a trav茅s de los Juanes Perreros, con la ayuda del ex l铆der estatal de la CNC y ex diputado federal, Felipe Aurelio Torres y otros asesores que ten铆an en la Grita de Jalisco. En el 2002, al iniciar operaciones Desarrollo del Pedregal, Carlos L贸pez, Vicente Rangel y Eduardo Garcia Navarro, se desdoblan hacia San Juan de Guadalupe. Crean una estrategia para incorporar el suelo de la comunidad de San Juan al proceso del mercado de tierras, lo que plasman en una serie de planos. Al calor de las enormes ganancias que tuvieron en La Garita, dieron un brinco gigante hacia adelante, en San Juan. Empezaron a pactar con los comisariados. Era la etapa en que fuimos opositores a los Juanes Perreros. Nos juntamos para derrotarlos en el 2006鈥.

鈥淟levamos a Margarito Jasso a la dirigencia comunal. Pero se fractura y vende el movimiento un a帽o despu茅s. Es jalado y comprado por L贸pez Medina y su grupo de los Juanes Perreros. Para finales del 2008, ya no estaba con el sector contrario a los intereses inmobiliarios. Cuando nos desmantelan el proyecto para transformar la comunidad a base de dinero y corruptelas, el gobernador Fernando Silva Nieto no tuvo la capacidad de plantear una alternativa de desarrollo para la gente. En el 2009 ya estaba encarrilado el tema de aportaciones a la sociedad mercantil. En el 2010 llevan el expediente a M茅xico para intentar incorporar 4 mil 500 hect谩reas al plan urbano. La procuradur铆a agraria descubre inconsistencias y les recomienda no manejar un modelo de sociedad mercantil ejidal o comunal. Les sugiere que incorporen el proceso mixto. Era muy curioso el primer intento de inmobiliaria, que lo hicieran los puros comuneros, para que luego se asociaran con los desarrolladores. Se trataba de aprovechar las circunstancias para despu茅s de constituida, dejar el canal abierto. La procuradur铆a sugiri贸 modificar el esquema para obtener las licencias del cambio de uso de suelo, muy parecido a lo que pas贸 en Desarrollo del Pedegral鈥.

鈥淔ue lo que sucedi贸 entre 2010 y 2011. En el 2013 se empieza a resquebrajar la unidad del grupo hegem贸nico de la comunidad, que ten铆a m谩s de 250 votos contra una minor铆a peque帽isima que se opon铆a. Tambi茅n empiezan a confrontarse cuando sale a escena Alejandro Tamayo, un inversionista que represnetan a Century 21, con muchos procesos de desarrollo en Villa de Reyes y se pelea con L贸pez Medina por el control de la comunidad. No fue algo que sucedi贸 de un d铆a para otro, se dio en una coyuntura de divisionismo, ante la inmesa riqueza que significaba controlar el plan inmobiliario de San Juan de Guadalupe. Se crean dos fuerzas paralelas, una la encabeza Carlos L贸pez y otra Tamayo, cada uno con su grupo de comuneros. El problema se da en el 2017, cuando se vuelven a juntar todos los inversionistas con el gobienro estatal. Establecen un condicionamiento para que puedan lograr los cambios que necesitaban en el plan de desarrollo urbano. En el 2017 le dicen a los comuneros que el tema se ha resuelto. Los dos grandes bloques que hab铆an luchado un par de a帽os por el liderazgo de la comunidad y ser interlocutores con el estado, se unen鈥.

鈥淟uego expulsan a varios de los l铆deres de la comunidad porque sobran, como Francisco Solis, Aniceto Hern谩ndez, una serie de compa帽eros y asesores que llevaron a L贸pez Medina a la comunidad, lo que sucede a principios del 2018. Se empiezan a reunir de nuevo las disidencias, las m谩s radicales con las m谩s pragm谩ticas que ya no estaban con L贸pez ni Tamayo. Se convierten en un polo opositor que parten en cachos las pretenciones de L贸pez de incorporar las tierras a un proyecto inmobiliario, ya que perdi贸 el control de la asamblea. Nosotros volvemos a intervenir y promovemos renovar el 贸rgano directivo. El Tribunal Agrario nos cita y convoca para reunirnos porque hay dos representaciones comunales. La de Dolores Quintero y la del famoso Tanque, hijo del entonces comisionario en 1980. Se elige la nueva dirigencia y queda fragmentada la comunidad. Gana el grupo que encabeza Rogelio, saca 98 votos. El candidato de L贸pez Medina, Alfredo Hurtado, junta 60. Nosotros 64. El ala de Jos茅 Enrique Gonz谩lez, duro, radical, logr贸 19 votos鈥.

鈥淐arlos L贸pez y Tamayo habian vencido al alcalde de la capital, Ricardo Gallardo Ju谩rez al crear una nueva ley de desarrollo urbano que impidi贸 al edil sacar un plan de desarrollo que los afectara. El objetivo de crear una nueva norma de asentamientos humanos y crecimiento urbano ten铆a como objeto trabarle la emisi贸n de las reformas. Adem谩s, sacan el decreto de proteccion de la sierra de San Miguelito y dejan fuera la comunidad. El problema es que no ten铆an mayor铆a calificada para la aportaci贸n de tierras. Es lo que pasa ahora. Si quieren convocar, necesitan 270 comuneros presentes. No los tienen, pero acosan a la gente, la tratan de cooptar a como de lugar. El plan que ten铆an desde el 2012, abarca cerca de 3 mil 156 hectareas. Luego se manej贸 que eran 7 mil, despu茅s 2 mil. La inmobiliaria se llama Reserva, antes Chinancali鈥.

-驴Por qu茅 se asocian L贸pez y Tamayo?

-Es una salida pragm谩tica de comerciantes y empresarios. Saben que es mejor transitar unidos que entrar a un proceso de choque. Las 2 mil hect谩reas estan delimitadas, colindan con el Club de Golf La Loma. Tienen tanto dinero que son capaces de convertir a La Noticia en la agencia Reuters. Es el poder real, pero tambi茅n el 煤tlimo suspiro del agrarismo salinista, del mercado de tierras que nunca pudo ser. En todo M茅xico nom谩s se hicieron 23 inmobiliarias en 25 a帽os, de las que tres quedaron en San Luis. Todas fracasaron. Funcionaron para los desarrolladores, es donde est谩n los juzgados federales, hospitales. Tuvieron 茅xito para los ricos. A los ejidatarios de La Garita, lo que les dieron, ya se lo acabaron.

-驴L贸pez Medina perfeccion贸 su t茅cnica de apropiarse de los terrenos ejidales y comunales, con su experiencia previa de Las Lomas y Garita de Jalisco?

-Ha realizado un esfuerzo para adaptarse a la circunstancia social y pol铆tica de San Juan que es diferente a La Garita, donde vendieron todo lo que ten铆an. En el caso de La Tener铆a 190 y Loma Blanca 350. Vicente Rangel se qued贸 con 350 hect谩reas. Desarrollo del Pedregal 620, pero se escindi贸 a 180, a la Inmobiliaria Casa Blanca le tocaron 190. El fraccionamiento perteneci贸 a L贸pez Medina. Fueron 380 hect谩reas. Hab铆a una 谩rea ecol贸gica de 70 hect谩reas que diluy贸. Lo mismo har谩 en San Juan de Guadalupe, dejan fuera una reserva ecol贸gica que al final van a urbanizar como lo hicieron con La Garita.

鈥淟as 10 hect谩reas que apartaron estaban pegadas al periferico, luego fueron negociadas. Eran parte del componente que desarrollaron L贸pez Medina, Vicente Rangel y Garc铆a Navarro. Fueron socios en algunas firmas y en otras competencia. El universo era de casi mil hect谩reas. Tienen proyectada una segunda etapa para agarrar 2 贸 3 mil hect谩reas m谩s. La tecnolog铆a no es la misma de hace 20 a帽os. El manejo de explosivos, las m谩quinas para desmoronar y abrir caminos, son muy r谩pidas. Pero el m茅todo de apropiarse de lo ajeno es el mismo. En esencia, es el esquema de volver loca a la gente con unos cuantos centavos y doblegarlos a partir de su necesidad y pobreza. Es letal el proyecto que empuja L贸pez Medina. En La Garita, en las sociedades mercantiles, dijeron que los ejidatarios ten铆an el 49% de las ganancias y el 51% los empresarios. Hoy est谩 40% los comuneros y 60% los empresarios. La solicitud de opini贸n se fue a M茅xico el 8 de marzo. En pocos d铆as lo definir谩 la asamblea鈥… (tomado de la versi贸n impresa, Diciembre 2018)

es content solo

驴Y?

19588317185_bb46029ab1_o

Autores: Oralia Guzm谩n, Elida Mendoza y Juan Pablo Moreno

PRELUDIO

El 驴Y? es una pregunta a otra pregunta. La petulante negativa a informar a los subordinados. Ano rendir cuentas. Es ya el axioma de un modelo autoritario de gobierno, enemigo de la cr铆tica. Es un aviso que asfixia, para no indagar, c贸mo se abordan y resuelven los asuntos de la comunidad. Es la sem谩ntica abreviada que inhibe, cercena el di谩logo, el derecho a preguntar y saber. Es un comportamiento arbitrario que entierra al otro. Lo pulveriza y desaparece. Es un asomo al fascismo.

El 驴Y? fue la actitud retadora que asumi贸 Marcelo de los Santos, cuando le dijeron que la polic铆a golpeaba a opositores a la minera San Xavier, en el contexto del primer informe de actividades. El 驴Y? vino cuando revolvi贸 la figura pol铆tica con cuestiones religiosas, al acudir a un aniversario de la di贸cesis potosina. El 驴Y? fue la intestinal reacci贸n al reclamo de los costosos e in煤tiles viajes a Europa, acompa帽ado de un obeso s茅quito. El 驴Y? fue el descaro asumido, al ser descubierto, de pagar con la n贸mina estatal, a dom茅sticos particulares.

Casi a la mitad del camino, Jes煤s Marcelo de los Santos ha delineado, n铆tido, los perfiles de su mandato: el derroche a ultranza y la prepotencia. Ni siquiera ha presumido que arrib贸 al poder con la aureola de opositor, ya que es beneficiario de oscuras maniobras, instrumentadas por los grupos hegem贸nicos. Y en la pr谩ctica cotidiana, encarna los peores vicios, que se creyeron extintos.

Editado por la serie, Libros de La Noticia, en la tercera obra, se analiza el dispendio irracional, de un personaje 铆ndole en el manejo de las finanzas, en una entidad sumida en la pobreza. Marcelo de los Santos, desfasado, sin freno alguno, dilapida el patrimonio colectivo, como si fuera jeque petrolero, mandante europeo, importado para el altiplano guachichil.

Por su lacerante actualidad, se retoma el fraude carretero y el caso de los fallidos invernaderos de Santa Rita, donde se confirman los nexos pol铆ticos y econ贸micos, que guarda Marcelo de los Santos con su predecesor Fernando Silva Nieto, al que efectivo, lo hizo impune, ajeno a los incesantes reclamos de justicia.

Y aunque el soberbio ejecutivo se presume aut贸nomo, en al penumbra y en la luz, se constata su dependencia umbilical con el jefe pol铆tico de San Luis, Horacio S谩nchez Unzueta, que lo vigila y acota con cientos de esp铆as, disfrazados de colaboradores en el gabinete, donde son mayor铆a.

No obstante que los n煤meros son la especialidad de Marcelo de los Santos, ha resultado un p茅simo administrador, que trastoca las cuentas y se muestra insensible a las prudentes voces que lo conminan a no incrementar los d茅bitos y apegarse a la ley de transparencia. Tambi茅n se ofrece el retrato de un mandatario de extrema derecha, inmune a los cuestionamientos colectivos, enemigo del sindicalismo independiente. El velo se corre y aparece el rostro oxidado de un aut茅ntico baluarte del viejo r茅gimen, salido de las entra帽as del PRI.

Hacer negocios, parece ser la divisa de Marcelo de los Santos, lo que lo convierte en uno m谩s, en la convulsiva historia de la pol铆tica local. Y como Carlos Jonguitud Barrios, Leopoldino Ortiz Santos o Fernando Silva Nieto, tiene de principales aliados a sus familiares. Un capitulo pendiente, que debe ser contado con m谩xima objetividad a los potosinos, es la historia de Marcelo de los Santos Anaya, traficante de influencias, metido de lleno al deporte profesional, la especulaci贸n del suelo urbano y los carros 鈥渃hocolates鈥.

Una caracter铆stica sui generis reviste de oscuro dem贸crata a Jes煤s Marcelo de los Santos Fraga: salpica hacia arriba, abajo y todos lados. Sus principales funcionarios, al final del sexenio, podr谩n engrosar las reducidas filas de los nuevos ricos en San Luis Potos铆. Pero se trata tambi茅n de otra cr贸nica que habr谩n de esperar los sufridos lectores de La Noticia. Por lo pronto, para su completo benepl谩cito, les contamos, sin ambages, los entretelones de una tragedia local, donde el anti h茅roe trasciende al rev茅s, en una buhardilla perdida en el tiempo y espacio.