La que como ha cambiado, es la diputada local Beatriz Benavente, ahora plurinominal por el PRI, ya que, como Oficial Mayor de la pasada legislatura, considerada la “peor y más corrupta de la historia” fue verdaderamente cuestionada por sus descarados encubrimientos ante claros actos de abuso y corrupción de los diputados.
Ahora ya como diputada, por estrategia, trata de lavar sus culpas y mantiene una actitud crítica y dura contra lo que antes solapó. Nos enteramos que los actuales diputados se despacharon con la cuchara grande y gastaron 400 mil pesos para nuevas laptops. Fue la única que se opuso, dijo que en el congreso “no existe transparencia, ni eficiencia”. Pero fue más allá al señalar que “los equipos deben quedar inventariados, con un oficio firmado por el diputado o diputada. En caso de que no aparezca en el proceso de entrega-recepción, su costo debe descontarse al legislador respectivo”.
Sin embargo, cuando estuvo como Oficial del Congreso, el diputado perredista, Sergio Desfassiux, cada dos meses, metía una factura de una empresa fantasma de nombre Grupo Gahe de San Luis, donde simulaba adquirir un equipo de cómputo. Resulta que se acabó la legislatura y las supuestas máquinas nunca aparecieron. Beatriz Benavente se hizo de la vista gorda. Hoy existe una denuncia en la Auditoría Superior del Estado en contra de ambos personajes por un presunto fraude. También como Oficial Mayor, puso un sinfín de trabas y obstáculos para entregar información pública que por ley debía ser proporcionada. No cabe duda, que hoy intenta mostrar otro rostro muy diferente y critica lo que ella en su momento hacía.
Otro aumento al transporte.-Ya viene otro golpe al bolsillo de la gente, con un nuevo aumento al transporte urbano que llegará hasta los 9 pesos con 80 centavos. Los permisionarios no cumplen a cabalidad con los compromisos establecidos en la ley, pero aun así se les premia. Lástima Margarito.-
La homologación de las tarjetas de prepago no se ha podido realizar por la constante negativa, desde hace años, del líder del pulpo camionero, Margarito Terán. Ahora menos lo hará, ya que fue detenido por elementos de la Fiscalía de Jalisco, después de doce largos años, por un presunto fraude, donde es acusado de fungir como prestanombres en agravio de una familia, que fue despojada de sus bienes por un valor aproximado de 500 millones de pesos. Es el tamaño del problema en que está metido.
Ya lo sé que tú te vas.- Y como dice la canción. “ya lo sé, que tú te vas”. El Fiscal Anticorrupción, Jorge Vera, se encuentra atrapado en un túnel que no tiene regreso. Está maniatado y las denuncias penales contra ex alcaldes, ex diputados y ex funcionarios, no caminan. Al parecer existe una mano muy poderosa, que mueve la cuna para que el combate a la corrupción no avance en lo más mínimo. Si se mantiene en lo dicho, en cuestión de días agarrará sus tiliches y se irá en silencio.
Preso en el extranjero.- Primero cayó en Estados Unidos, Genaro García Luna, quien fuera secretario de Seguridad Pública durante el gobierno de Felipe Calderón y ahora se gira orden de arresto contra Manuel Bribiesca Sahagún, hijo de Marta Sahagún, también en el norte. Se encontraba en un proceso judicial por fraude y conspiración. Mientras en el país, el director de la Comisión Federal de Electricidad, Manuel Bartlett, fue exonerado y salió rechinando de limpio según pesquisas de la secretaria de la Función Pública, Eréndira Sandoval. Nos hizo recordar a Virgilio Andrade en tiempo de Peña Nieto y la Gaviota, con el escandaloso asunto de la Casa Blanca.
Existe la impresión de que hay un acuerdo con el país vecino, para que sean los que vayan contra los corruptos y hagan el trabajo, mientras el actual gobierno federal no se ensuciará las manos y seguirá combatiendo la corrupción solo en el discurso. Con las detenciones de García Luna y Manuel Bribiesca, le dan un estate quieto a Calderón y Fox, que cada rato le dan duro y tupido a López Obrador en las redes sociales. Mientras a Peña Nieto le funciona su nueva vida de “socialité” y pasa desapercibido.
Las compras putrefactas.- Han pasado ya cuatro largos años y en la Oficialía Mayor del Gobierno del Estado, las compras y adquisiciones siguen putrefactas, tal como las heredaron de la administración pasada. La mayoría son amañadas. Ya se sabe a qué proveedores van a beneficiar. Usar empresas fantasmas, para simular competencia y hasta para asignar contratos, ha sido la mecánica más usada. Cada vez son más cínicos y descarados. El grupo que encabeza el director de adquisiciones, Miguel Ángel Montoya, ha cometido actos aberrantes. Se saben protegidos desde arriba y que existe una contraloría encubridora y coludida. Aunque los enormes roedores intenten seguir con procesos amañados, tarde que temprano se van a dar a conocer las fantasmagóricas empresas que manejan peces gordos con prestanombres.