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Rodríguez Chessani pide castigar los atropellos del herrero Rafael Aguilar, ariete político de los Gallardo

El dirigente de los comerciantes del Rebote, Juan Antonio Rodríguez Chessani, lamentó la conducta hostil del herrero Rafael Aguilar Fuentes, alias “El Chiquilín”, que buscó afectar la estatua del líder cívico, Salvador Nava Martínez, que se ubica en la llamada Plaza de la Democracia. Lo calificó de falso seguidor del “matador de dragones” al que acompañó por intereses mezquinos. 

Rodríguez tuvo que echar en corrida al vándalo, que hace el trabajo sucio a los ex alcaldes de Soledad, Ricardo Gallardo Juárez y Ricardo Gallardo Cardona, de los que habla pestes a sus espaldas. Pero la misma conducta procaz asume con los que le han tendido la mano en sus recurrentes caídas económicas y existenciales.

“Qué miserable y ruin es el Chiquilín. No hemos querido publicar los videos donde sale un niño y su hija haciendo el trabajo de la nota negra. La monta en la estatua del doctor Nava. Yo sólo lo hice correr al muy miserable y ruin. Siempre le dije al muy cerdo que nunca le creí se dijera luchador social, por andar al lado de tan querido personaje. El muy cínico decía que eran puros viejillos, que ni se daban cuenta de sus bajezas. Me relata, siempre borracho y drogado, las fechorías de los Gallardo, que lo desprecian. Como le sucedió en el navismo, en Conciencia Popular, el PT, en nuestro Frente de Comerciantes Unidos, con el industrial Jacobo Payán, la familia Chalita, los Maya, los notarios Eduardo Martínez Benavente y Leonel Serrato, yo mismo. A todos los que ha conocido y timado como herrero. Sus desviaciones enfermizas, las violaciones que le hicieron y ha hecho. En fin a los que ha robado, por lo que se ganó varias demandas”.

“Me atrevo a denunciar sus abusos conocidos y probados, tanta atrocidad que comete y no lo castigan a pesar de las evidencias. Es un pobre cobarde y bruto en toda la extensión del término. Es inadmisible que el diario digital Astrolabio le haya dado derecho de réplica a sabiendas de que la denuncia en su contra era cierta. Puso en entredicho la veracidad y profesionalismo de una de sus mejores plumas que aún le quedan. Tampoco es posible después de todo lo que dijo de la familia Maya, de lo que le hicieron los Gallardo ratas a Miguel Maya, dueño del medio, que perdió seriedad por decir que Gallardo Juárez sería reelecto como alcalde de la capital. Y que ganaría 2 a 1. Criticó al actual edil, Xavier Nava, con pura basura, lo que se comprobó de manera fehaciente. Lo cual me hizo renunciar a mi columna y otras linduras impublicables. Ya basta. Merecemos y exigimos respeto”.

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Gallardo Juárez pudo ganar diario un millón de pesos

Hay muchas razones objetivas y contundentes por las que Ricardo Gallardo Juárez no se pudo reelegir como alcalde de la capital. La más demoledora: se quedó sin calidad moral para arengar a las masas acríticas a que lo siguieran. Aunque no tiene siquiera el bachillerato, mostró una capacidad demoníaca, rapaz. Es un auténtico depredador. Cargó la frialdad y malicia suficiente para dañar a los potosinos sin el mínimo remordimiento. Su relevo, Xavier Nava, le contabilizó un fraude fiscal a los potosinos por mil 200 millones de pesos.

El dirigente de los comerciantes del Rebote, Juan Antonio Rodríguez Chessani, maneja 10 mil millones de pesos de saqueos impunes. Ya se le documentó que es dueño de más de mil propiedades de alta plusvalía. Entonces, queda al descubierto su auténtica meta de «gobierno»: robarse el patrimonio de los potosinos. Pareciera que se trazó la meta pueril de ganar al menos, cada día, sin importar los sucios métodos, un millón de pesos. Su voraz conducta deja atrás, a años luz, a sus símiles, Jorge Lozano, Marcelo de los Santos, Victoria Labastida y Mario García. Es una de las aristas poco analizadas del carroñero personaje. Jamás nadie imaginó que podría ganar la alcaldía de la capital. Menos varias curules locales, federales, una senaduría y distintas alcaldías, como Villa de Reyes, Ciudad Fernández y Ahualulco, entre otras.

Aunque el presidente Andrés Manuel López Obrador prometió en campaña que los iba a someter al rigor de la ley, pronto se le olvidó el compromiso. Pragmático, los tiene de aliados para que le ayuden a conseguir mayoría en las iniciativas que envía al congreso federal. Incluso, ya se sabe que, coludido con el super delegado federal, Gabino Morales, el próximo dirigente de estatal Morena será el legislador federal, Ricardo Gallardo Cardona, que suplirá con la mano en la cintura al compungido Sergio Serrano. Una clara muestra del proteccionismo presidencial a los Gallardo, se manifiesta con la empresa Axioma, donde repiten los mismos vicios que antes hicieron con la clínica Wong.

El titular de la firma es un alfil de los ex ediles de Soledad, que les permitió quedarse, inmutables, con 70 millones de las endebles finanzas del Interapas. Soberbios, retadores, lo pusieron al frente de una reciente farmacia que acaban de inaugurar. Saben que los protege López Obrador, que se ha convertido en su principal mecenas. Son los saldos del pragmatismo a ultranza. El dueto de los Gallardo dista mucho de ser agotado. Son un fenómeno sociológico por antonomasia. Ya superaron con cientos de años luz al cacique huasteco Gonzalo Santos.