Rebrotes y desbordes en la pandemia

16 diciembre, 202011:12 pmAutor: José Guadalupe González CovarrubiasOpinion

Circulan por las redes sociales abundantes análisis, incluso de quienes dicen ser médicos especialistas en fenómenos pandémicos, que aseguran, estamos recluidos por dejados y no por prudentes. Sostienen, desde posiciones de auto atribuido conocimiento, que las élites hacen una prueba mundial para verificar hasta dónde somos anuentes a las órdenes (disfrazadas de consejos) de que renunciemos a nuestros derechos básicos y nos refugiemos en la intimidad, creyendo que lo hacemos para sobrevivir.

En otras palabras, aseveran que el virus que nos tiene encerrados, no existe con las características aterradoras que creemos y que es utilizado con fines de control de la humanidad. ¿Será cierto lo anterior? Como puede que sí, puede que no. La existencia del virus es innegable, como lo demuestra el hecho de que ya todos los habitantes del planeta tenemos una experiencia cercana de contagio. Ya le podemos poner nombre y cara a los contagiados e incluso a algunos muertos.

También es un hecho que, a más de siete meses de su aparición, mantiene un firme paso de crecimiento. Y con características que no imaginábamos, como la del rebrote en personas y colectividades.
Europa se ha conmocionado. Se ha llegado al extremo de que algunos países han tomado medidas restrictivas de la libertad de movimiento. O sea, que la covid 19, enfermedad que produce la mutación del coronavirus, no sólo sabe ocultarse antes de darse a conocer en público, con los atemorizantes asintomáticos. También es capaz de volver después de haber sido curada.

La vacuna no aterriza por más que gobiernos y empresas dicen que ya la tienen.
Sabemos por las redes que algunos lugares han sido rebasados por la demanda de servicios. Con dolor, nos enteramos que ha habido quienes murieron en la calle. Una más de las experiencias que debemos aprovechar para prevenir las calamidades. Todos los cálculos se han quedado atrás.

Los expertos que tomaron la responsabilidad de manejar la pandemia han sido rebasados. Sus predicciones quedaron muy abajo en los números que hoy tenemos. En el ámbito mundial superan ya el millón de fallecidos. No hay noticias agradables en el tema, las señales de salida no aparecen por ninguna parte. Mejor aprovechemos y hagámosle su calaverita a la calaca: Ya pasó el millón de muertos
por el virus coronado. ¡Tan descomunal tarea, a la parca ha fatigado! “Por descuido del humano,
se incrementa mi trabajo”. Dice al mover la guadaña, con calma de arriba a abajo. Que termine la pandemia,
nos desea la huesuda. Hoy apuesta por la vida, ¡y que no les quepa duda!

                                    Nuevo embate del coronavirus

Ni modo de decir que no somos privilegiados. Aparte de sobrevivir al Viejo Régimen del PRI-gobierno (con sus socios comerciales), ahora estamos superando la crisis de la covid 19. Hemos perdido personas entrañables, pero hasta hoy nos salvamos del ingreso a la estadística. Sólo que cuando pensábamos estar en la vía de salida del túnel de la pandemia, nos enteramos de que varios países decretaron restricciones a sus respectivas poblaciones, llegando en algunos casos a toques de queda.

Es la medida más autoritaria que puede tomar el estado, en tiempos de paz. Sin el segundo añadido, varios puntos del territorio nacional están siendo alcanzados por el tipo de medidas del poder. Lo simboliza el retroceso en el color de su “semáforo”, pues volvió en casi todas partes al tono naranja y, en pocos casos, al rojo. En lo familiar, lo anterior determinó que se suspendiera la “Gonzalada 2020”, que habíamos decidido, sería presencial en Guanajuato, invitados por Lupita y Pepe Nabor.

Ya saben que es la reunión anual que tenemos los doce hijos de Soledad y Nabor, en torno a la fecha del fallecimiento del segundo (19 de noviembre). El año pasado la celebramos en Chihuahua y ahora soñamos que nos podríamos abrazar aunque fuera un poquito. Pero se agravaron las circunstancias coronavíricas y echamos hacia atrás la determinación. De hecho, ya sabíamos que así iba a acontecer, pues lo anticiparon los voceros de los servicios de salud. Pero es feo que se haga realidad la negativa predicción.

Adriana ya había reservado un alojamiento en Guanajuato, lejos del centro por recomendación de Pepe. Tuvo que cancelarlo y dejarlo para mejor ocasión. Como el virus continúa a todo lo que da, nos hemos habituado a la tarea de docentes de niños. La maestra y madre ya obtiene mejores resultados y los alumnos producen obras bastante presentables. Yo me dedico a hacer como que les ayudo.

Debido a que estoy entre la población de riesgo, mantengo con formalidad el encierro. Es por lo presento ya síntomas de aturdimiento y confusión, que son resultado de más de 200 días de resguardo. No es que me queje, pero ¡ah cómo quisiera que se fuera terminando! Ahora valoro mucho más la sociabilidad, que es congénita a nuestra especie. Por fortuna, la salud no se ha resentido, más allá de una gripa medianita. Así que, con coronavirus y todo, ahí la llevamos.

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