¿Por qué debe ser enjuiciado Ricardo Gallardo Juárez?

12 diciembre, 20195:52 pmAutor: Arturo Pérez AlonsoNoticias Opinion

Se trata de uno de los expresidentes municipales más controversiales y faltos de noble política. Sobran fundamentos para que sea llevado a juicio político y ser inhabilitado. Es un reclamo ciudadano. Encabezó una de las administraciones más despojadas de sus recursos públicos, con malos manejos. Recordemos su ascendente trayectoria política pero también su vertiginosa caída. En su primer intento, en el 2006, de ganar la presidencia municipal en Soledad, sufrió un revés. ¿Cuál era su condición financiera? Se habla que estaba en bancarrota, con una finca hipotecada. En la segunda búsqueda, logró su objetivo con las siglas del PRD, franquicia que se adueñó con artimañas, prácticas intimidatorias y gansteriles. Hizo a un lado liderazgos simbólicos.

Ya con el control absoluto, inició la era, el fenómeno efímero del mal llamado gallardismo. Su paso por la presidencia en Soledad dio inicio a su enriquecimiento inexplicable. En poco tiempo le impregnó su estilo de gobierno, lleno de anomalías, terror, miedo, intolerancia y represión. Cuidado con el que no se alineara, trabajador o ciudadano. En su loca ambición de avanzar, en su carrera política le heredó la presidencia a su vástago, Ricardo Gallardo Cardona. Se acentúa la corrupción en todo su esplendor. Vino el sonado caso, la detención de su hijo por presunto lavado de dinero y desvíos de recursos. Al final lo liberan por estar mal fundamentada la denuncia. No importó que se llevó más de 200 millones de pesos de la conocida Clínica Wong, caso todavía no concluido. Se mencionan acuerdos políticos, los que le permiten contender por la presidencia municipal de la capital. Logró su objetivo y abrió el abanico en su desmedido proyecto a la gubernatura.

Pero se quedó en el camino de la reelección el pollero, empresario, agricultor y comerciante. Su paso por la presidencia lo envalentonó. Empezó a tejer compromisos para comenzar a cristalizar su objetivo. Nunca imaginó que vendría el fracaso político. Confiado en sí mismo, trató con la punta del pie a sus más cercanos e incondicionales colaboradores. Empezó a despacharse con la cuchara grande de la hacienda pública. Mostró su insaciable ambición de hacer negocios a diestra y siniestra. Los primeros tropiezos fueron muy marcados. Chocó con los constructores al demandar el diezmo, el famoso moche. Se confrontó con los medios informativos, trató a los trabajadores municipales como si fueran de su propiedad.

Violentó sus derechos de antigüedad. Apareció la fantasmal proveedora de medicamentos, Sandra Sánchez Ruiz, que sirvió para destapar la cloaca de la corrupción. Sin descaro, mostró un gobierno autoritario, intolerante, represor. Con un velo, ocultó el origen de su oscura fortuna. Imitó a los politiquillos, como les decía con desdén. Lo tentó el culto al ego. Buscó sacarle 200 millones de pesos en sobornos a la firma Panavi, que se dedica a vender lámparas led. Se apropió de 20 hectáreas de una zona protegida en el camino a la presa. No licitó las obras. En un puente que buscó construir contra la voluntad de los ciudadanos del Saucito, entregó por adelantado a sus contratistas predilectos, casi 120 millones, la mitad, sin que haya colocado siquiera un ladrillo.

Tantos atropellos motivaron que algunos sectores de la sociedad potosina, organizaciones y activistas, se atrevieron a levantar la voz, denunciaron los incontables latrocinios. El expresidente, fanfarrón, alardeó que no le hacían nada. Se enredó sólo en sus atracos y mentiras, tropezó y cayó. No eran cortinas de humo ni ataques políticos, como arguyó en su débil defensa. Se trataba de una lastimosa realidad: un depredador consumía sin castigo la hacienda pública. Eran hechos consumados. La Auditoría Superior de la Federación le hizo más de mil observaciones sobre las cuentas públicas. El nuevo alcalde, Xavier Nava, no se dejó intimidar. Documentó cada atraco con sólidos argumentos y presentó una serie de denuncias ante la Fiscalía General de la República y la local. Además, solicitó al congreso llevar a juicio político a su voraz antecesor.

En días recientes, el Frente de Comerciantes interpuso otra denuncia sobre el mismo tema. Exigen llevar al banquillo de los acusados a Gallardo Juárez, con fundamento en el artículo 10 de la ley de juicio político. Establecen como causas, violaciones graves y sistemáticas a los derechos humanos y sus garantías. A los planes, programas y presupuestos de la administración pública estatal o municipal. Por el manejo indebido de fondos y recursos de cualquier ente público, que ponga en riesgo el funcionamiento de las instituciones de las que forme parte.

Sobran elementos para que sea castigado Gallardo Juárez. Los actuales diputados deben responder a los reclamos del pueblo. No actuar con tintes políticos ni compromisos de facto o mezquinos. Están obligados a cumplirle a los potosinos, ser congruentes, dejar el antecedente de cero tolerancia a la impunidad. Empezar a terminar con la corrupción que mucho nos ha lastimado. Existe una frase vigente, nadie por encima ni al margen de la ley. Por tales motivos, exigimos juicio político a Ricardo Gallardo Juárez, por el bien de San Luis y por el bien de la democracia. Es cuánto.

 

 

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