La Unidad Deportiva 21 de Marzo, transas políticas y económicas

30 marzo, 202011:16 pmAutor: Juan Pablo Moreno GuzmánCapital Destacada Municipios Noticias

Una alberca olímpica, clases de natación, una escuela de beisbol, reactivar la zona de viveros y crear una sede alterna de entrenamiento para el equipo profesional de fútbol Atlético San Luis, fueron varios de los proyectos que el alcalde de Soledad, Gilberto Hernández Villafuerte, prometió con ahínco para rehabilitar la Unidad Deportiva 21 de Marzo, en pro de los deportistas y ciudadanos. A casi un año, el inmueble se encuentra en el completo abandono, con creciente deterioro. Se evidenció que sólo le interesa fortalecer su imagen política con torneos como la Copa Gallardo o la Copa Soledad. En la edición 2020, ofrece un premio de 170 mil pesos para el equipo ganador.

Otros actos de mínimo beneficio deportivo que promueven el edil y su jefe, el diputado federal, Ricardo Gallardo Cardona, es la carrera atlética de la enchilada, donde también obsequian 170 mil pesos. En ambas justas, los premios otorgados se recuperan en más del 50% por las inscripciones de los que participan. Son pocas o nulas las inversiones en infraestructura que en realidad fomenten nuevas figuras. Un reflejo es la Unidad Deportiva 21 de Marzo, principal centro deportivo del municipio conurbado. A través de una solicitud de transparencia, se pidieron datos acerca de los recursos invertidos en obras o programas para rehabilitar el centro, del 2015 al 2020.

Las oficinas de Infraestructura y Fortalecimiento Municipal señalaron que no existe registro alguno de las inversiones realizadas. En el 2019, para mejorar la imagen, se recurrió a un grafiti. Fue colocado un croquis en el acceso principal, para ubicar las distintas áreas. Dijeron que sólo realizan labores de limpieza, riego de las áreas verdes, barrido manual, recolectado de basura, poda y deshierbe de maleza. En los últimos 9 años, ha sido nulo lo invertido en el sitio, que se usa más con fines políticos que deportivos. En el 2013 se facilitó al extinto equipo de fútbol, Santos de Soledad, que se adueñó de la cancha uno o principal.

Además, les dieron el área destinada a la biblioteca que convirtieron en vestidores. La escuadra se creó en la etapa de Gallardo Cardona. Nunca trascendió. Se ignora el monto de lo invertido en la fallida oncena y de dónde sacaron los recursos para financiarla. Hoy solo quedan los olvidados casilleros donde se imparten clases de zumba por las mañas y tardes. También usan la unidad para la llamada Copa Soledad y Copa Gallardo, creada en 2009. Sirve para hacer una apología de los benefactores. Llegaron a entregar premios por 200 mil pesos. Aunque está en pésimas condiciones, la facilitan para torneos infantiles como la Copa Bimbo, campamentos de verano, actividades del ayuntamiento y escuelas de fútbol.

Al lugar acuden diario miles de usuarios que han exigido sin éxito, mejorar los baños públicos, que carecen de agua, papel, puertas, espejos. Se han presentado quejas de que algunos jóvenes acuden a consumir sustancias alcohólicas y marihuana. Las canchas de fútbol rápido están desechas. Las cruza un cable de luz que sirve de tendedero para botines. Con el paso de los años, se acumuló una veintena de pares, que agudizan el olvidado paisaje. Los espacios que usan las diversas academias tienen desniveles y cráteres, que provocan constantes lesiones. Apenas tres campos tienen pasto, dos están en pésimas condiciones. Los demás son de tierra. En tiempos de aguas, los niños juegan en el lodazal.

No se salva el campo de beisbol, con grandes hoyancos. Las gradas están cuarteadas, rotas y rayadas. Se nota el vandalismo. Las jaulas donde se sientan los equipos, se encuentran sucias, con fétidos olores a orina. A la unidad van personas de la tercera edad, cada viernes, a disfrutar un partido de beisbol. Es una tradición. Los asistentes sufren las inclemencias del clima, ya que las gradas no están todas techadas. Los mismos usuarios han donado las herramientas para el mantenimiento, como mangueras de riego, porterías y redes. Y el colmo, a los equipos que usan las instalaciones, el encargado les cobra una cuota. En caso de no cubrir el pago, son relegados a las áreas más devastadas. No existe la mínima seguridad. La policía jamás acude.

Cada rato ocurren robos, que se intensifican al caer la noche, ya que tampoco hay alumbrado. A los jóvenes que entrenan box, en varias ocasiones les han quitado sus pertenecías. Cuando La Noticia acudió a verificar las condiciones físicas, se registró el robo de herramientas del personal de limpieza. Los encargados presentaron la denuncia en seguridad pública, junto con el administrador, José Antonio Zamarripa Quintero, quien alardea, ofrecen todas las facilidades para garantizar las prácticas deportivas.

En especial a las escuelas que realizan las tareas que exige la secretaría de educación para las olimpiadas y torneos internos. Negó cobrar. Reconoció que la gente aporta donaciones. Desconocía el presupuesto mensual. Todo lo maneja el ayuntamiento. Aunque no se nota, habló de rondines periódicos. Además, tiene contacto directo con la comandancia, que asegura, acude rápido a sus llamados.

Hernández y Marrero, simuladores

A inicios del 2019, Hernández Villafuerte anunció que iba a modernizar la Unidad Deportiva 21 de Marzo. Trató de seguir la ruta que le trazó Gallardo Cardona, que había concesionado el complejo al equipo Santos de Solead, con lo que buscó conseguir un mayor presupuesto. Los planes deportivos fracasaron y las inversiones fueron nulas. El edil buscó la ayuda del club Atlético San Luis y su director Alberto Marrero. La intentona duró 6 seis meses y se vino abajo. Prevalecieron las arbitrariedades y el oscurantismo. Anunció la compra de las instalaciones que se encontraba en comodato con el ejido San Francisco.

Habló de hacer cambios de primer mundo. “El ayuntamiento busca darle más vida. Invertiremos recursos federales para la alberca olímpica”. Se le solicitaron datos sobre los costos y términos de las negociaciones. En respuesta, negaron la adquisición, no obstante que el cabildo autorizó la compra, aunque tampoco se conocen los montos o si existe un saldo pendiente. Inmersos en la sospecha, Hernández, Gallardo y Marrero formaron una alianza de saliva. Se dijo que la unidad se convertiría en un centro alterno de entrenamiento del Atlético San Luis y campo para los equipos premier y femenil, lo que posicionaría a Soledad como un centro neurálgico deportivo en la zona metropolitana.

Nunca antes nadie había apostado por un proyecto semejante y en el corto tiempo estaría en óptimas condiciones. Gilberto Hernández presumió la hazaña. Los acuerdos se firmaron a través de un “comodato, un convenio de colaboración donde el Atlético San Luis invertiría recursos destinados a crear escuelas de fútbol para niños, lo que tendrá múltiples beneficios, al contar con instalaciones dignas, de primer nivel para la práctica del deporte y el ejercicio”. El equipo de fútbol se instaló a principios de agosto del 2019, acaparó el campo uno, el de mayor magnitud y mejor infraestructura. El club restringió la entrada a la pista de atletismo y la cancha, que podrían usarse un rato por las mañanas.

Para que se respetaran las reglas de los nuevos inquilinos, los rojiblancos contrataron guardias de seguridad privada y gente que le diera mantenimiento al césped. Le pusieron candado a la puerta de acceso. Ni los trabajadores podían realizar las tareas de limpieza. A los curiosos que se acercaban a preguntar sobre los cambios, los agentes les contestaban con tono seco y autoritario, que era una zona exclusiva del Atlético San Luis. Los equipos llaneros fueron movidos a las orillas. La gente se inconformó. El ayuntamiento negó que el club tuviera mayores atribuciones.

El administrador Zamarripa también ocultó el control de la empresa externa. Lo contradecían las barras publicitarias que aludían al club, la liga premier y otros patrocinadores, como la firma Ricón, de Gallardo Cardona. La negativa del ayuntamiento se mantuvo con las respuestas que dio a solicitudes de transparencia. “No existe ningún convenio con el club Atlético San Luis. La unidad 21 de Marzo es un inmueble municipal, utilizado para el deporte y esparcimiento de los habitantes. Hasta ahora, no cuenta con algún contrato de trabajo en conjunto con el club deportivo Atlético San Luis”.

Las solicitudes de datos y respuestas corresponden a septiembre y octubre del 2019. Coinciden con los partidos disputados cada 15 días. Se registraron en la página de la Liga Premier. Se observa que aún que el Atlético San Luis tiene como sede local, la Unidad Deportiva 21 de Marzo. En las redes sociales, invitaron a los aficionados asistir a los partidos. Una muestra del sello privatizador. Cobraban en boletaje para ingresar ver al equipo Premier a un establecimiento que por naturaleza es gratuito y público. Los atropellos continuaron mientras el equipo premier usó las instalaciones.

La pesadilla culminó con la primera fase del torneo en diciembre. Optaron no usar más la cancha principal. Se desconocen los motivos por los que la directiva decidió mudarse. Se habló de los arreglos chuecos con Hernández. Los beneficios fueron nulos. No se hizo la mínima obra. Al contrario, los empleados municipales señalaron que fueron arduas las tareas para restablecer la cancha principal. Ante el manejo oscuro de la unidad por parte de Hernández Villafuerte, la regidora de Morena, Grecia Selene Pérez González, señaló que el comodato tenía como objeto, hacer más grande la unidad, remodelarla y construir una alberca olímpica, para lo que solicitaron un préstamo por 15 millones de pesos, que les negaron.

El edil insistió en llevarla a cabo, sin explicar de dónde obtendría los fondos. Se registraron erogaciones trimestrales. “No se informa la cantidad, hasta cuándo se hará, lo abonado. Nos violentan el derecho a estar informados”. Sobre el tiempo que el club usó la unidad, establece que se habló de un comodato que nunca se aterrizó. No pasó por el cabildo. La comisión de deportes tiene más de un año que no sesiona. “Aunque el ayuntamiento negó que existiera algún convenio, se detectó que el equipo entrenaba en la unidad. Y si lo hubiera, caía en lo ilegal. El presidente tiene la facultad de decidir, pero no se manda solo, hay regidores, síndicos. Se debe resolver con diálogo. Los demás equipos tuvieron que buscar otro lugar para entrenar”.

“Desde que inició el trienio, exigimos transparencia, datos abiertos. La gente paga impuestos, no pueden ocultar los gastos. Como regidores, no sabemos en qué utilizan los recursos. He solicitado informes y los niegan”. Pérez González no se sabe si el ayuntamiento percibió algún pago por parte del club para usar la unidad. Exigió al edil aclarar la incertidumbre. “Prevalecieron los intereses políticos. La ciudadanía no ganó nada. El club tiene sus propias áreas de entrenamiento. Es un caso similar al de la plaza Citadina. Mencioné que era un lugar adecuado para instalaciones deportivas. La vendieron a empresas privadas para hacer negocio. La unidad está en el abandono. ¿Cómo combatir el delito si olvidan el ejercicio físico?”.

 

 

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