En la alianza del PRI, PAN y PRD en San Luis, no hay conducta humana, prevalece la ignorancia, resalta el historiador Joaquín Muñoz Mendoza

4 enero, 202110:32 pmAutor: Juan Pablo MorenoCapital Opinion

El historiador, antropólogo y ex candidato a la alcaldía de la capital por Morena, Joaquín Muñoz Mendoza, analiza la insólita alianza en San Luis entre el PRI y PAN, que en sus orígenes, tuvieron doctrinas opuestas, quizás irreconciliables. Uno se apoyó en el nacionalismo revolucionario, en el reparto agrario. Otro en la doctrina de la iglesia. Pero terminaron en tratos umbilicales por los intereses económicos. El PAN perdió filo, se espantó cuando fue asesinado el belicoso empresario de Sinaloa, Manuel de Jesús Clouthier del Rincón. Luego el maquiavélico presidente, Carlos Salinas de Gortari, les empezó a entregar gubernaturas, para cohabitar sin sobresaltos. El antecedente de la coalición local se pudo gestar con el llamado Pacto por México, donde se sumó también el PRD. Aclara que subastaron la identidad nacional, fue una “salvajada anticonstitucional”. Lamentó que las hazañas democráticas del matador de dragones, Salvador Nava, impulsor de las primeras coaliciones en San Luis, terminaran por beneficiar al maximato local, Horacio Sánchez Unzueta, su yerno. Precisó que el PRD, igual que el PAN, para eludir el acoso constante, terminó por suavizar su doctrina, para confundirse con otras fuerzas de izquierda, difusas y reformistas.

-¿La alianza PAN-PRI-PRD es una anti tesis, una anti natura, el fin de las ideologías?

-No es el fin de las ideologías, es el desenmascaramiento de las ideologías en nuestra época.

-¿Desde siempre existió en PRIAN, que denunció constante el presidente Andrés Manuel López Obrador?

-No a mi juicio. Las dos entidades políticas nacieron con objetivos divergentes. El PRI surge a raíz de reivindicaciones de un grupo revolucionario que hereda las consignas tácitas que animaron el movimiento armado, como beneficiar al trabajador, el reparto agrario, la salud universal. Es la clase política que deviene en los cachorros de la revolución y reivindica para sí la gesta bélica. El PAN aparece como la voz de un sinarquismo civilizado, reclama causas sociales, pero con una identidad ideológica muy diferente. Se apoya en la iglesia mexicana. El PRI se pinta más liberal, con ideas de avanzada, propias de la teoría socialista. El PAN se suma a una derecha social, si pudiera existir. Luego, los perfiles ideológicos mutaron en lo político y económico. A partir del neoliberalismo, los intereses financieros sustituyeron las divergencias políticas por las convergencias economicistas. Hasta llegar a una amalgama insulsa de arribistas y criminales que ven en México, su botín personal de pirataje. Ahora existen enormes perspectivas de cambio, muy difíciles de realizar. Hay un caudillaje reformista que no cambia de ritmo aunque tiene al frente el transcurso trepidante del tiempo que no corre a su favor. Si en 2024 no podemos celebrar un cambio estructural en México, recaeremos con más virulencia en el estado corrupto de la realidad nacional.

-¿No es absurdo, exista un Partido Revolucionario Institucional? Entonces que todo sea institucional. La rebeldía es por sí sola, independiente, libre. Se ha dicho que el PRI nunca fue un partido, más bien un frente, donde se juntó el empresario y el obrero, el capataz y el campesino, el dueño y el despojado.

-La revolución institucionalizada es un contrasentido conceptual, sin duda. Pero como mensaje para la gente, fue poderoso. Se logró permear a la sociedad de que un cambio emanado de la revolución, seguía vigente y anclado en un gobierno que estaba con el pueblo e incluso era del pueblo. El cambio desde las instituciones, garantizaba que los postulados ideológicos del movimiento armado, posterior al aterrizaje constitucional de 1917, eran un edificio en ciernes, con una declarativa revolucionaria que soslayó las transformaciones violentas, que debían pasar por el sistema. La conjunción de intereses de la clase obrera y campesina, en vez de enfrentarse con el empresariado, se complementan. Era una suerte de dialéctica donde se quiso buscar una síntesis de intereses sociales, políticos y económicos. La fórmula para definir un camino conjunto, para progresar de manera virtuosa.

-¿PRI y PAN nacen como dos entes adversos, enemigos irreconciliables, agua y aceite, pero necesarios entre sí para generar un discurso belicoso, de desquite, manipulador de masas?

-Fue la versión posrevolucionaria del Ying y el Yang. Uno le daba sentido al otro y viceversa, salvo la fuerza que implicaba para el PRI, ser gobierno. Además, su sentido demagógico de lo social, con el control del sector obrero y campesino, le permitió hacer políticas audaces de venta de imagen, como la de incorporarse a la Internacional Socialista.

-¿El PAN perdió su esencia doctrinaria, como lo concibió Efraín González Morfín, cuando Salinas les entregó la primera gubernatura?

-No lo creo, porque el fin de toda entidad política es llegar al poder. Es por definición. Cuando el PAN obtiene la primera victoria, empieza a cumplir sus objetivos teóricos y pragmáticos. El poder volvió muy ambiciosas a las nuevas generaciones panistas, que se llegaron a confundir con su némesis, el PRI.

-En qué momento se convierten en una sola entidad, ¿cuándo Salinas le roba la presidencia a Cárdenas, con la bandera de frenar el comunismo?

-A mi juicio, con el asesinato del empresario de Sinaloa, Manuel de Jesús Clouthier del Rincón. Todo el ambiente provocó una catarsis nefasta dentro del PAN. Se empezó a cuestionar el sentido de enfrentar al sistema en lugar de hacerse cómplices. El botón de muestra llegó muy pronto con el ex gobernador de Guanajuato, Vicente Fox.

-¿Pero Salinas aparece como el principal sospechoso, lo mismo que con Colosio?

-No soy ministerio público, apenas un historiador. Y en el mundo de las obviedades, no lo son tanto en lo absoluto. Las únicas pruebas que se pueden invocar para afirmar el hecho, las han desaparecido, enterrado bajo miles de hojas de un sumario sin pies ni cabeza. Lo que nos queda es inferir de lo que conocemos. Trabajar con el análisis lógico de los sucesos, muy claros. Apuntan a que el autor intelectual de los crímenes es Salinas, que tomó las riendas de la nueva concepción de entender a México, no como una nación libre y soberana, sí como una vil empresa, con un gobierno que quiso transformar y en gran medida lo logró, con una corrupta cúpula empresarial.

-El PRI tenía como eje ideológico el nacionalismo revolucionario. El PAN, la libertad de empresa. ¿Cómo compaginar los opuestos?

-Con negocios públicos y nacionalistas. Se debió hacer un proyecto de nación, en apariencia, sin ideología. Nunca los gobiernos se han decantado por un plan consensuado entre las élites y la gente. En todos los demás países no se necesita, porque los partidos tienen declaraciones de principios que implican ver el mundo a través de una premisa. Pero decir que no haya corruptelas, no define un proyecto nacional, es un simple rasgo del progreso que se busca. Un país no se forma con meter a la cárcel a criminales. Lo será según el modo de ejercer una tarea con el pueblo, en base a un tipo de producción, política laboral, educativa, sanitaria, solidaria. Pero decir, no queremos las corruptelas, es algo que hasta los corruptos declaran, cínicos, estar de acuerdo.

-¿Se hizo evidente el amasiato del PRI y PAN, por lo que se requirió de más satélites para tratar de colar otras formas de mirar el mundo?

-Por desgracia, el PRI y el PAN han hecho de la política algo tan deleznable, que los ciudadanos se alejaron, no quieren participar. Saben que no le harán el menor caso a sus reivindicaciones. Los dos partidos convirtieron a la política nacional en algo repugnante, sin ideales sociales. La ubican como una alternativa de enriquecimiento fácil y sin consecuencias. La gente se frustró, vino la recaptura de esferas no atendidas antes. Entonces se crearon partidos al contentillo, potenciados por marcos legales como la Ley Federal de Organizaciones Políticas y Procesos Electorales que sacó el presidente José López Portillo. Fue una suerte de banderazo inicial, para abrir el apetito de grupos de interés, que sin fortalecer más al PRI y al PAN, abrían toda una gama de posibilidades de lucha. Le dieron un espacio formal a la nueva izquierda con organizaciones como el Partido Socialista Unificado de México, donde se aglutinó la mayoría de rojos mexicanos.

-Se dice que en esencia, todos los partidos son de derecha. ¿Ahora en San Luis, por primera vez, se enfrentarán algunos con fuerzas de izquierda?

-La búsqueda de las ideas se ha transformado en querer encontrar sillones. Se matan por una curul y todavía se preguntan muy pocos ¿para qué sirven? Para repartir las migajas del pastel que están dispuestas a conceder a la gente, por parte de la oligarquía.

-¿Hubo una tradición de izquierda en el Frente Democrático Nacional, PSUM, Partido Socialista de los Trabajadores, Partido Revolucionario de los Trabajadores, Partido del Trabajo?

-Todo se juega en quién gane las candidaturas de Morena en San Luis. El PT decidió apoyar al diputado federal Ricardo Gallardo, carente de ideología liberadora. Es una deficiente versión del conductismo caciquil, ignorante y reproductor de esquemas de control medievales. Dentro de Morena hay grandes exponentes de izquierda. La mayoría opta por un reformismo muy empobrecido, por la falta de teoría política en sus militantes. Hay un grupo muy corrupto que vende candidaturas, posiciones y enclaves administrativos. La expectativa queda muy reducida. Los pocos precandidatos que hagan algo serio, no una bufonada en las próximas elecciones, cargarán el enorme peso de cambiar la balanza. Los demás les van a tirar a matar.

-¿Los ataques sanguinarios de Salinas al PRD, lo convirtieron en un partido auténtico de izquierda, antes de irse al voladero, por la avaricia de los Chuchos?

-Las dirigencias del PRD siempre utilizaron a sus militantes como carne de cañón. Todos sus líderes encontraron en la disidencia contra el sistema, una forma de avanzar en un ideario caótico. Estaban de acuerdo es que el país no podía seguir con los mismos dirigentes priistas, ni que hubiera mayor incidencia del empresariado en la vida pública. Su apuesta fue el nacionalismo, pero cuidado, era la misma apuesta de Hitler. Entonces buscaron generar una izquierda, que en su propia definición, la inhabilitan. ¿Era comunista, socialista, leninista, stalinista? Demasiados matices. Se acuñó un ideario, sin definirlo, que después se decantó por la social democracia y el escurridizo reformismo. Otra narrativa más de la derecha.

-Con Peña Nieto se dio la Alianza por México, donde se juntó el PAN-PRI y PRD. Los Gallardo se colaron en la bola ¿Fue el primer aviso de la figura que hoy se concreta en San Luis por vez primera?

-A mi juicio no es nada diferente. Son los mismos perros, con diferentes collares. Tienen metas iguales: servir a sus amos. Mientras sean más eficientes, más les toca. Hay de sobra para repartir. Se refleja una falta de conducta humana, una ignorancia absoluta sobre lo que es o no correcto. Es una carrera pragmática por diferentes niveles de poder, al que entiendo como capacidad para decidir. Es lo que buscan, la llave al enriquecimiento ilícito. Es un rasgo que hace daño. Hay que eliminar para engrasar la maquinaria del progreso. Pero primero, hay que tener la maquinaria.

-¿Funcionó el Pacto por México, para sus orquestadores, con qué daños para la ciudadanía? Se habló de acuerdos estructurales.

-El Pacto por México será uno de los documentos que los historiadores del futuro rescatarán de la ignominia, escondida en quienes lo firmaron. Es el documento base del saqueo obsceno que ha sufrido México. El más castrador para la idea de país que se busca tener. Una especie de acta de defunción de la patria. Una declaratoria de ignorancia, falta de casta, de antivalores. Es poner la identidad nacional a subasta. El sacrificio del pueblo por años, ofrecido al mejor postor. En el siglo 19, sin duda, hubieran fusilado a los promotores de la salvajada anticonstitucional.

-Antes de Salinas y Peña Nieto, en San Luis se les adelantó el matador de dragones, Salvador Nava, que logró aglutinar la Coalición Democrática Potosina, integrada por el PAN, PDM y PRD, para combatir al PRI, que lo derrotó con trampas.

-Me parece que hay una percepción casi mítica de la figura histórica del doctor Salvador Nava, que se retroalimenta de sí mismo, posibilitado por un filón político que ha llegado hasta nuestros días, merced a los diferentes actores que parasitan su figura. El estribillo de que ganó los comicios, se repite como mantra. Me recuerda las elecciones de 1910, que dispararon la revolución en México. Siempre se afirmó que Porfirio Díaz le robó las elecciones a Madero, pero cuando la Universidad Iberoamericana pudo contar los votos para un trabajo de investigación, resultó lo contrario. Me parece que estamos sobre un caso muy similar. Sin duda, Salvador Nava fue un político de avanzada, que buscó un cambio de rumbo para San Luis Potosí. Pero su lucha no pudo imponerse ante una realidad lacerante, que de forma paradójica, años más tarde encontró su completo acercamiento al régimen a través de su yerno, Horacio Sánchez, impulsado por el honestísimo demócrata, Carlos Salinas de Gortari. Indica que claudicó a sus propias ideas políticas. Recordemos al ideólogo Jesús Reyes Heroles, con su frase de que la forma hace al fondo. Años después, se parasita su nombre por políticos grotescos. Fue como el ritual iniciático en la capital, primero se declaran navistas y después continúan con la mentira farisea.

-¿Las coaliciones de Nava se adelantaron a los tiempos, rompieron las barreras ideológicas, para combatir al PRI, el enemigo de la democracia?

-No rompieron con nada. Al aglutinar a personajes diversos, encontraron en el caudillaje de Nava, una forma de hacerse escuchar, con una voz de tonos similares ante un enemigo común. Salvador Nava abanderó una coyuntura que supo reconocer y darle rumbo, hasta que Salinas le aclaró que fuera del sistema, sólo hay nada.

-¿Por qué Salinas entregó Chihuahua y le negó a Nava el triunfo sobre Fausto Zapata?

-El que pudiera darse una réplica del navismo a nivel nacional, podía salirse de cualquier control gubernamental. En cambio, la apertura con el PAN en Chihuahua, fue una manera de abrir el juego a otros partidos dentro del sistema. Hay que acordarse de las declaraciones del abogado Diego Fernández de Ceballos en términos de luna de miel, en un nutrido grupo de poder en el PAN, que provocó una fisura. Además, el PRD tenía una dinámica de cambio, con una estrategia política de asimilar militantes, que se acercaron para participar con opciones de triunfo. Salinas trató de oxigenar a opositores tradicionales, preferible a enfrentarlos.

-¿Aceptaría el parangón de que Sánchez Unzueta, al igual que su suegro, son orquestadores de coaliciones?

-No, formar una coalición, implica que diversos partidos encuentran puntos de convergencia con otros, de forma temporal, sin que sus principios ideológicos se alteren. Aunque se trata de una red de intereses para

controlar el poder, satisfacer una agenda propia, no el beneficio de la gente. Diría que se cohesionan para delinquir, sin que lo declaren de forma tácita. A mi juicio, Sánchez Unzueta es un cohesionador de fórmulas vulgares para mantener activa una pandilla de corruptos, en lo político, empresarial y académico.

-Es un trazador de escenarios que le ha redituado seguir vigente casi 3 décadas.

-El secreto es la mediocridad de los que se rodea. Una runfla decadente próxima al retiro por razones de edad, actores mediocres, como sus alfiles, Juan Carlos Machinena y Leonel Serrato. Son corruptores ubicados en enclaves donde pueden manipular perfiles, como los dirigentes de Morena, Gabino Morales y Sergio Serrano, por hablar de un solo partido. No aman a Sánchez, es la alternativa de enriquecerse al seguirlo. No hay carisma, son negocios en los que el tráfico de influencias impera. Por ejemplo, cuando fue gobernador, no le importó un huevo frito, lo relacionado al centro histórico y la arqueología. Sólo la zona de Tamtok, donde anunció inversiones por más de 10 millones de pesos. ¿Se ejercieron? Para mi gusto, fue cara la jardinería de pedigri. Todos lo supieron y callaron, porque estaban en el negocio. Le puede ofrecer lana a cualquiera y lo siguen hasta el averno. No es liderazgo, es cohecho.

-Se ubica a Sánchez Unzueta como el gran artífice de juntar al PRI-PAN y PRD. Lo hizo antes para hacer alcalde a Xavier Nava. ¿Lo repite de facto para volverlo gobernador?.

-Puede ser, pero yo no veo en el escenario al arribista de Nava, que gane en la huasteca o zona media. Pasará muchos sofocones si trata de conquistar la capital.

-Horacio Sánchez apuesta a la ruptura interna de Morena. A lo que usted llama pulverizar el voto.

-O su captura. El comité estatal de Morena, en su mayor parte, es de gente que a sabiendas o no, responden al ex gobernador. El senador Primo Dothé es su prestanombres político. Lo mismo que el dirigente estatal, Sergio Serrano, con el que tiene acuerdos económicos. El delegado federal, Gabino Morales, ni siquiera se ha enterado que tiene un hijo putativo de Sánchez Unzueta en la figura absurda de Serrato. A tales ignorantes y huérfanos ideológicos es a los que logra impresionar el ex embajador.

-¿Las mescolanzas de coaliciones con ideologías contrarias confunden al votante común? ¿Cómo asimilar de repente que es posible juntar el agua con el aceite?

-Por desgracia, en México vivimos, de generaciones atrás, una suerte de ignorancia endémica en muchos órdenes de la vida cotidiana. A veces inducida, otras gestionada en lo individual. Si preguntan por la calle, cuáles son las bases ideológicas del partido que apoyan, la mayoría de la gente contestará que no sabe. La disyuntiva de análisis no se conoce, por lo que el ejercicio electoral se resuelve por simpatías individuales, chismes de lo que se dice y actitudes autoritarias de defensa política. Recuerdo una vez en Cerro de San Pedro, al promover el voto por la izquierda, un señor me dijo que votaría por el PAN, porque defendía el reparto agrario. Los demás eran comunistas que buscaban el mal. Todo al revés, fue como le contaron el asunto, lo asimiló y lo difundía.

-¿Imagina al dirigente del PRI, Elías Pecina, levantarle la mano al panista Xavier Azuara?

-Lo hago porque es fácil, son lo mismo. No tienen propuestas políticas, les falta definir una ideología. Cuando en su momento miren los programas de gobierno, sabrán que son muy parecidos. Tanto, que sólo cambian el orden de las propuestas. El diputado Ricardo del Sol es diferente. Su plataforma es revolucionaria y moderna. Es de vanguardia, muy cercana a la Cuarta Transformación. No en el discurso, en la práctica. Es un verdadero cambio de fondo y forma.

-¿Es una alianza pragmática, donde no importa ideología ni doctrina? ¿Cuál es el sustrato real?

-Los intereses creados. Cuando la idea social se pierde, lo crematístico lo sustituye.

-¿El PRD no tenía una pizca de izquierda?

-Sí, claro, pero perdió su naturaleza en la medida que se hizo como Morena, donde todos caben. Siempre ha existido la tentación de recrear el modelo del PRI. Es una especie de complejo, intentar rescatar un partido que era positivo, pero se extravían. Con Lázaro Cárdenas y López Obrador se vio muy claro. El tabasqueño ha sido un reformista descafeinado y el michoacano un nacionalista revolucionario muy soso. Por un lado está un político carismático, sin ideas. Por otro, un dirigente poco atractivo pero con propuestas. Un duelo muy poco común, donde lo populachero venció lo analítico. Diría que fue algo paradigmático.

-¿El PRI es el padre de todos los partidos, se parecen en sus líneas torales?

-Se puede decir, si le concedemos la preeminencia numeral. En lo ideológico le disputaría la potestad el PAN, su némesis. El PRI es una entidad que por voluntad propia u obligado por las circunstancias, es el gran paridor, donde se construye el sistema de partidos mexicano. Luego el PAN reconoció su papel histórico, al ser un opositor educado desde sus líderes, pero no pudo cuadrar una estrategia a lo largo de la historia, para destronar al PRI, con unos intelectuales eminentes, que supieron adueñarse del escenario nacional.

-¿Por qué no se dieron grandes protestas, furiosas, de las militancias del PAN y PRI, por defender sus ideologías? ¿Cómo es que los juntan de repente con los enemigos acérrimos de toda la vida?

-Siempre hay grupos de militantes aguerridos. Aunque duela, la mayoría de las bases en general, discuten mucho, pero no actúan. Es un esquema que viene de la gente en su conjunto, todos hablamos mal del sistema, del partido o gobernante en turno. Pero son muy pocos los que se molestan y toman conciencia. Los que pasan a los hechos, se desintegran dentro de los esquemas del partido, hasta que sólo queda un grupo cupular avalado o no por la militancia.

-¿Se puede hablar de una ideología que predomina en lo universal y particular: la derecha, como sinónimo de conformismo?. ¿No la izquierda, que entraña mayores esfuerzos y peligros?.

-Sin duda, en México predomina la derecha con sus matices. Es una ideología que no acarrea problemas de análisis conceptuales, además de estar asociada con la forma religiosa de entender la existencia. Si hablan de democracia, jamás pueden ver que su interior idealista es dictatorial. ¿O cómo se elige al Papa, por ejemplo? Desde el aislamiento y sin que intervengan los feligreses. En vez de buscar cambios, lo aplauden. Muy distinto es su proceder, en circunstancias que incluyen la fenomenología electoral. Y es sólo un ejemplo. La derecha siempre estará en contradicciones consigo misma.

-¿Se imagina el método de cómo el PRI, PAN y PRD, deben elegir un candidato común, homogéneo, que los represente en sus posturas dogmáticas?

-Sí, se llama dedazo y es para un tal Xavier Nava.

-¿Sin la mínima discusión, el billetazo resuelve cualquier rescoldo, por más difícil que parezca?

-En México sí. La cultura del cohecho está incorporada en nuestro ADN. Hay que llevar la vida administrativa en orden, para no tener que cargar nada que incomode. Más allá de lo que declare López Obrador, el ideario de la mordida fue inoculado en los mexicanos y necesitamos una revolución educativa y ética, que nos conduzca a otro tipo de idiosincrasia.

-El PRI estaba casi muerto. El PRD es un cascarón. El PAN, en la lona. ¿Cómo ganarle a Morena?

-Con la división interna. Es a lo que han jugado las cupulitas de Morena. Tienen un plan de sobrevivencia post electoral.

-¿No les interesa ganar?

-Sí, pero con su gente. No ven las elecciones próximas como un fin en sí mismo. Morales, Serrato, Dothé, Serrano y los demás espontáneos, tienen un plan b para enquistarse en la nómina local y federal.

-¿No hay en Morena un proyecto sólido, ninguno de sus aspirantes lo ha articulado?

-Hasta ahora, sólo Ricardo del Sol.

-¿Morena puede ganar sin alianzas, le alcanza el halo de López Obrador?

-Con algunas alianzas internas y un discurso de prospección, que logre enamorar al votante, estoy seguro que sí. Los de siempre han abusado demasiado, la gente debe escuchar al candidato de Morena e involucrarse en sus argumentos. El discurso de la 4T es incomprensible para la mayoría. Debe explicarse con peras y manzanas.

-El candidato del Verde, Ricardo Gallardo, alardea que puede ganar solo.

-Si analizan las fotos de sus mítines, aparecen 3 estilos. La placa que sacan cuando en verdad hay un éxito de audiencia. O le hacen montajes espectaculares como si fuera el plan de Viva la Gente. Otro se da con poca o nula asistencia y el publicista recurre a obscurecer las partes traseras del escenario. El tipo es un fraude y un rufián. Es de los que repiten mil veces una mentira y se imagina que la convierte en verdad.

-El Verde siempre fue un satélite del PRI, que ahora desechan.

-No les interesa dispersar su propio voto.

-El senador del Verde, Manuel Velasco, vaticinó la derrota de Morena en San Luis.

-Manuel Velasco es un irremediable imbécil. Lo único bueno que tiene es la esposa. No sabemos por cuánto tiempo se la alquiló a Televisa. Es lo que está de moda. Si lo dudan, que le pregunten a Peña Nieto.

-¿Morena necesita al PT? El diputado federal, Gerardo Fernández Noroña, ya destapó como su candidato a gobernador al edil de Valles, Adrián Esper.

-Con todo respeto para mi amigo legislador, pero no actuó a favor de San Luis. Sólo busca financiamiento para su campaña presidencial del 2024.

-¿Esper debe sumarse a Morena?

-No creo, sería ilógico. Pero con tal de ganar votos, son capaces de claudicar a cualquier forma de raciocinio.

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