En los últimos años el fútbol mexicano ha sido víctima de decisiones erróneas y dañinas por parte de los principales federativos que exhiben su avaricia, al enfatizar el negocio y olvidar lo esencial que es lo deportivo. Entre las primeras muestras, optaron que el seleccionado mexicano ya no participe en la Copa América, sólo la Copa de Oro y el torneo de Concacaf, justas con el mínimo de competitividad.

Los directivos representados por Enrique Bonilla alegaron que las medidas se deben a que la Confederación Sudamericana de Fútbol tenía ya cierto distanciamiento con las delegaciones norteamericanas. Además, el tricolor ya había pactado varios encuentros que se verían afectados con las demás justas.

Los especialistas y aficionados argumentan que los motivos verdaderos son acudir a jugar torneos en Estados Unidos, lo que genera mayores ganancias en dólares, por la gran cantidad de paisanos que asisten. Se estima que podrían regresar a la Copa América en el 2024.

Un caso similar se dio cuando la Federación Mexicana de Fútbol optó que los equipos mexicanos no participen en la Copa Libertadores, considerado el torneo más competitivo del continente americano a nivel de clubes. Los motivos fueron los compromisos que ya se tenían en otras justas. Se referían a la Concachampions la cual es más fácil. La mayoría de las ediciones las ganan los equipos mexicanos que compiten contra oncenas de baja envergadura provenientes del Salvador, Estados Unidos y Canadá entre otros.

Dejaron atrás la Copa Libertadores ya que los hinchas pagan un boleto que vale tres veces más. Pero no se miden a instituciones de alto rango como Boca Juniors, River Plate, Sao Paulo. Optaron enfrentar al Galaxy, de mediano alcance.

A las erróneas decisiones se suma la desaparición de la liga de ascenso, que servía de semillero y trampolín para que jóvenes promesas tuvieran sus primeras oportunidades. Además, se anuló la regla que exigía a los equipos de primera división, dar unos minutos de oportunidad a los jóvenes, lo que se volvió complicado aterrizar.

Como no habrá  ascenso ni descenso, los equipos que ocupen los últimos lugares deberán pagar multas económicas para sostener la plantilla en el máximo circuito. El dinero canalizado será para fomentar y apoyar la nueva liga de desarrollo creada para sustituir la de ascenso.

Ya cancelaron además el torneo de clausura 2020, afectado por la contingencia sanitaria del covid-19. Quedaban al menos 7 jornadas por disputarse y la liguilla. Descartaron reanudar los encuentros en julio o agosto, con el fin de que sólo hubiera un certamen, ya que los juegos serían a puerta cerrada, lo que arrojaría bajas en lo económico.

 

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