Con los restos del rocío
y las rosas de blanco nácar
un mar de seda, transparente
pincela un dulce cielo que enmarca,
ese amor que es tan mío
entre los colores del alba

La tenue luz del oriente
anuncia a mi piel su llegada
lentamente, desvanece el vestido,
que la luna hiló en mí,
con su fina escarcha de plata

Y aunque aún su color somnoliento
no del todo, la noche desbarata,
ligeramente es sacudido por el viento
que lanza besos escarlata

Sonrosada la mañana aflora
en azul, destellos de alborada
pregona el naranja de la aurora
que desnuda mi alma apasionada

Y en gama de colores, el cenit del alba,
destella sus matices en mi cama
deseos que la alondra bebe en silencio
al encontrar tú mirada en mi mirada

Y despiertas libando la rosa de mis besos
que deshojan pétalos de almohada
degustando ese sabor, ¡embeleso!,
cuando tu amor destella en la alborada.

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