La grotesca realidad

13 abril, 20224:06 pmAutor: Agustín de la Rosa CharcasColaboradores Opinion

Detuvieron a Mónica Rangel, los delitos, que se afirman, son de lo que se le acusaba mucho antes de, contra toda lógica, fuera impuesta por Mario Delgado como candidata a la gubernatura por Morena, en San Luis Potosí. He profundizado sobre los motivos de la cúpula incongruente para cometer semejante traición a los principios fundacionales del movimiento, para perder la gubernatura y dársela la mafia de los Gallardo, archi conocida por su cultura de saqueo al erario, para darles más poder.

Fue siempre el propósito de la cúpula política. Lo lograron. Antes, mucho antes de Mónica Rangel, se han conocido las trapacerías de llos ex alcaldes de Soledad. No obstante, no han reparado en apoyar de manera entusiasta a quien está acusado por la Unidad de Inteligencia Financiera ante la Fiscalía de la República, por saquear las arcas de Soledad y de la capital potosina. Como se observa, los principios del movimiento son un estorbo para la cúpula. Parece ser que se impone robar, traicionar y mentir, para aspirar a ser candidato o ser recompensado por un espacio de trabajo.

¿Cuándo le dará respuesta al pueblo potosino la Fiscalía de la República sobre los delitos por los cuales está acusado el encargado del despacho del poder ejecutivo en San Luis Potosí? ¿Cuándo serán procesados los ex gobernadores, que han logrado ser los más corruptos del país?

¿Vale la pena que el movimiento popular y democrático que emergió en el 2018, aparezca de manera muy frecuente, muy sonriente, con un personaje acusado, por el mismo gobierno de la 4T, de corrupción y abuso de poder? No, no lo vale.

Pero se observa que la traición es el principio de lucha que se defiende desde la cúpula. Todo indica que la militancia comprometida con los idearios fundacionales, son solo banderas enunciativas, que seguiremos ondeando. ¿Hasta cuándo durará nuestra congruencia? ¿Cuánto falta para preguntarnos si vale la pena seguir?

Resistimos las imposiciones, con las fuerzas de nuestros principios. Los hechos están colocando a cada quien en el lugar que les corresponde. Los exhiben, pero sospecho, no les importa un rábano, la realidad que los coloca al lado de la traición y la incongruencia.

Si, los principios que se sustentan en la ética política, no aceptan concesiones. Para quien soporta su lucha en la congruencia del decir y el hacer.

          

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